Las olas de calor son episodios de temperaturas anormalmente elevadas que se prolongan durante varios días. Este tipo de fenómenos, cada vez más frecuentes debido al cambio climático, pueden tener un gran impacto en la salud física y el bienestar general. Hoy te explicamos qué le pasa a nuestro cuerpo durante este fenómeno y compartimos algunos consejos para sobrellevarlo de la mejor manera.

¿Cómo reacciona el cuerpo ante una ola de calor?

El cuerpo está diseñado para mantener una temperatura interna constante, en torno a los 36-37ºC. Cuando la temperatura exterior es muy elevada, este equilibrio se ve comprometido y el organismo activa una serie de mecanismos de compensación, entre ellos:

  • Sudoración: es la principal vía de pérdida de calor. Al evaporarse, el sudor enfría la superficie de la piel. Sin embargo, también provoca una pérdida significativa de agua y minerales, lo que puede favorecer la deshidratación.
  • Vasodilatación periférica: los vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel se dilatan para facilitar la transferencia de calor al entorno. Esto puede implicar una disminución de la presión arterial y provocar una sensación de fatiga y mareo.
  • Aumenta la frecuencia cardiaca: el corazón trabaja más intensamente para mantener el flujo sanguíneo y favorecer la regulación térmica, lo que puede suponer un riesgo adicional para las personas con problemas cardiovasculares.

Además de estas respuestas fisiológicas, existe el riesgo de sufrir efectos adversos como calambres, agotamiento e incluso un golpe de calor.

 

Consejos para sobrellevar una ola de calor de forma saludable

Ante temperaturas extremas, adoptar ciertos hábitos puede ayudarte a mantener el confort y reducir riesgos para la salud. Aquí tienes algunas recomendaciones prácticas:

 

Hidratación adecuada

Beber agua regularmente es fundamental. No esperes a tener sed, ya que esta suele ser una señal tardía de deshidratación. 

  • Bebe aproximadamente 2 litros de agua al día; y más si realizas actividad física o sudas en exceso.
  • Complementa con infusiones frías, caldos ligeros o bebidas isotónicas bajas en azúcar, si necesitas reponer electrolitos.
  • Reduce el consumo de bebidas alcohólicas, azucaradas o con cafeína, ya que favorecen la deshidratación.

 

Alimentación ligera y equilibrada

Durante la ola de calor, conviene adaptar la dieta para favorecer la digestión y evitar comidas copiosas que eleven la temperatura corporal.

  • Prioriza alimentos frescos y ricos en agua, como frutas (sandía, melón, naranja) y verduras (tomate, pepino, lechuga).
  • Opta por preparaciones sencillas: ensaladas, sopas frías, pescados al vapor o a la plancha.
  • Evita frituras, platos muy salados o altos en grasas, que puedan generar una digestión pesada y aumentar la sudoración.

 

Elección de la ropa

La ropa puede marcar una gran diferencia en la forma en que el cuerpo disipa el calor.

  • Usa prendas ligeras, de tejidos naturales -como el algodón o el lino-, para una mejor transpiración.
  • Opta por colores claros, ya que absorben menos radiación solar.
  • Protege tu cabeza con un sombrero o una gorra y utiliza gafas de sol con filtro UV si estás al aire libre.

 

Actividad física y movimiento

Durante los días más calurosos, es recomendable adaptar los horarios y la intensidad del ejercicio.

  • Evita realizar actividad física intensa en las horas centrales del día.
  • Si haces ejercicio al aire libre, elige momentos de menor exposición solar.
  • Escucha a tu cuerpo. Si te sientes débil o demasiado cansado, interrumpe la actividad y descansa en un lugar fresco.

 

Mantener el hogar fresco

Adoptando algunas medidas, tu hogar puede contribuir al bienestar durante una ola de calor.

  • Ventila por la mañana temprano y por la noche, cuando la temperatura exterior sea menor.
  • Mantén las persianas y las cortinas cerradas durante el día para reducir la entrada de calor.
  • Si cuentas con aire acondicionado, utilízalo con moderación. En caso de no tenerlo, puedes colocar un recipiente con agua y hielo frente al ventilador para refrescar el ambiente.
  • Desconecta aquellos aparatos electrónicos que no estés usando, ya que generan calor adicional.

 

Dormir bien a pesar del calor

Cuando hace mucho calor, el sueño suele verse alterado. Para mejorar tu descanso:

  • Duerme con ropa ligera y en una habitación bien ventilada.
  • Si es posible, cambia las sábanas por tejidos más frescos, como el algodón percal.
  • Una ducha fría antes de acostarte puede ayudar a bajar la temperatura corporal y facilitar el sueño.
  • Evita cenas pesadas o muy calientes, ya que dificultan la conciliación del sueño.

 

Las olas de calor representan un desafío para la salud, pero con los hábitos adecuados es posible minimizar sus efectos. Actuar con previsión es clave para afrontar estos episodios con seguridad y mantener una buena calidad de vida, incluso en los días más calurosos.