La etapa fetal y los primeros años de vida de un ser humano son periodos esenciales en los que se establecen las bases moleculares, genéticas y metabólicas que pueden llegar a condicionar el desarrollo o no de futuras enfermedades. 

Durante el embarazo, es fundamental que la futura madre cuide su alimentación por su propia salud y para aportar al feto todos los nutrientes necesarios para su buen desarrollo. Asimismo, una dieta equilibrada preparará el organismo de la madre para el parto y asegurará una reserva energética en forma de grasa para el posterior periodo de lactancia.

Si bien no existe una dieta específica a seguir durante el periodo de gestación, es importante que la futura madre se alimente de forma sana y equilibrada, procurando ingerir la suficiente cantidad de determinados nutrientes

Hidratos de carbono

Cereales, legumbres, pasta y demás hidratos de carbono son la principal fuente de energía para la madre y el futuro bebé, y deberían representar el 55% de las kcal totales consumidas para aportar la energía necesaria durante la gestación. Además, el aporte de fibra al organismo previene posibles problemas digestivos como el estreñimiento.

Asimismo, se recomienda limitar el consumo de azúcares presentes en productos refinados, ya que podría aumentar el riesgo de sufrir una posible diabetes gestacional.

Proteínas

Este nutriente es clave en el desarrollo de los tejidos, pues ayudará a construir el del feto y reparar el de la madre. Es muy recomendable aumentar su consumo durante la gestación, especialmente en el segundo y tercer trimestre, momento en el que el cuerpo requiere una mayor cantidad de proteínas. La ingesta recomendable de este nutriente es consumir un 20% total de kcal. consumidas.

Las proteínas están presentes principalmente en carnes, legumbres, pescados, huevos y frutos secos. Es muy importante elegir adecuadamente los alimentos a consumir para evitar  que aumente el riesgo de colesterol o hipertensión.

Grasas saludables

Se aconseja que la grasa consumida provenga fundamentalmente del aceite de oliva, si bien el consumo de ácidos grasos omega 3 también es importante para el correcto desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del bebé, especialmente, en la etapa final del embarazo. 

Algunos alimentos fuente de omega 3 son el aguacate, los pescados azules y los frutos secos. El consumo de estos alimentos debería suponer el 30% de las kcal totales.

Por contra, durante la gestación se recomienda evitar el consumo de grasas saturadas, ya que podrían suponer un posible aumento excesivo de peso con los riesgos que esto acarrea (diabetes gestacional, hipercolesterolemia, preeclampsia…).

Hierro

El aumento del tamaño del feto suele provocar anemia en la madre. El hierro es esencial para la producción de glóbulos rojos en la sangre, por eso, su consumo durante el proceso de gestación ayudará a prevenirla. Algunos alimentos fuente de este mineral son la carne roja magra, las lentejas, los huevos, los frutos secos -en especial las nueces- y los cereales.

Calcio

El calcio es importante para el buen desarrollo de los dientes y los huesos del bebé. A partir del segundo trimestre, los expertos recomiendan ingerir un mínimo de 1.200 mg al día -200 mg más que en una mujer sana-. Su déficit puede producir un bajo peso del feto e hipertensión.

Si bien ¾ partes del calcio de nuestra dieta las adquirimos de los productos lácteos, también se encuentra en hortalizas de hoja verde, en legumbres, frutos secos y pescado azul.

Ácido fólico 

Esta vitamina hidrosoluble es imprescindible para el correcto desarrollo del sistema nervioso central del bebé, reduciendo el riesgo de defectos en la columna vertebral como la espina bífida y la anencefalia, además de prevenir un parto prematuro.

Uno de los primeros suplementos que se aconseja consumir cuando se decide comenzar un proceso de fecundación es el ácido fólico, si bien también se puede incorporar al inicio del embarazo para un correcto desarrollo fetal y placentario.

Además de suplementos específicos, el ácido fólico se encuentra en verduras verdes y naranjas, cereales, huevos y legumbres.

Vitaminas

Entre ellas, destacan la vitamina C y la D. La primera es esencial para la absorción de hierro -presente en la mayoría de frutas y verduras, en especial los cítricos-, y la segunda favorece la asimilación del calcio -la encontramos en huevos, aceite, pescado azul, aguacate…-

La B12 es otra de las vitaminas importantes, que nos ayuda a tener una sangre saludable e interviene en la prevención de la espina bífida del feto.

Durante estos meses también se recomienda moderar el consumo de sal y de bebidas con gas o excitantes, además de ingerir mucho líquido para combatir el estreñimiento, controlar las náuseas y prevenir las infecciones urinarias.

Asimismo, se debe prestar especial atención a la seguridad alimentaria. Durante el embarazo, el sistema inmunitario de la mujer sufre modificaciones, facilitando que algunos microorganismos puedan llegar al feto atravesando la barrera placentaria.

Para evitarlo se recomienda no ingerir alimentos de origen animal en su estado crudo y seguir ciertas normas de higiene (lavarse las manos, utensilios y superficies correctamente antes de manipular los alimentos, lavar las frutas y hortalizas crudas, cocinar los alimentos a un mínimo de 71ºC y guardar los alimentos cocinados en el frigorífico el menor tiempo posible).