La astenia suele aparecer con el cambio de estación, durante las primeras semanas de la primavera, y se caracteriza por una sensación de fatiga, cansancio o debilidad para realizar actividades cotidianas, con posibles variaciones de humor y alteraciones del sueño.

El origen de esta sensación se encuentra en el hipotálamo, una glándula situada en el cerebro que, entre otras funciones, es la encargada de regular la temperatura, el apetito, nuestros niveles de hidratación, el sueño y la vigilia. Las variaciones climáticas y ambientales del cambio de estación, con más horas de luz solar y temperaturas más elevadas, generan un control sobre esta glándula que sufre un gasto extra de energía para que nuestro cuerpo se adapte, produciéndose una sensación de cansancio o fatiga.

Los síntomas de la astenia primaveral suelen ser de carácter leve, pero es fundamental que durante estas primeras semanas cuidemos nuestra salud con una buena alimentación y un descanso de calidad para que nuestro sistema inmunitario no se debilite.

¿Cómo podemos prevenir la astenia primaveral?

Alimentación sana y equilibrada

Para mantenernos en un buen estado de salud es esencial llevar una alimentación sana y equilibrada durante todo el año; pero durante estas semanas debemos poner especial atención a que los alimentos que consumamos nos aporten todas las vitaminas y minerales necesarios.

Las frutas, verduras y hortalizas son alimentos indispensables en esta época, ya que nos proporcionan muchas vitaminas, antioxidantes y minerales que nos ayudarán a combatir los síntomas de la astenia y a detoxificar nuestro cuerpo, reduciendo la sensación de pesadez y aportando hidratación. 

Los cereales integrales y las legumbres también son importantes ya que nos aportan fibra, minerales como hierro, triptófano, magnesio, fósforo o manganeso y son ricos en vitaminas del grupo B. No debemos olvidar que, alimentos como los cereales integrales, el aceite de oliva, los quesos frescos, el pescado azul, los frutos secos y las semillas favorecen la producción de serotonina, un neurotransmisor que nos ayuda a regular el estado de ánimo.

De la misma manera, es aconsejable evitar los alimentos ultraprocesados, la bollería industrial y reducir el consumo de cafeína.

Hidratación

Es importante mantener el cuerpo hidratado ingiriendo unos dos litros de agua al día, que pueden ser complementados por zumos, caldos e infusiones. Con la hidratación nuestro cuerpo podrá eliminar toxinas y mantener un peso saludable. 

Este hábito saludable nos debería acompañar durante todo el año y no solo en primavera.

Dormir 8 horas

La cantidad y la calidad del descanso es importante para disfrutar de un buen estado de salud. Siendo la fatiga uno de los síntomas de la astenia primaveral, durante estas semanas debemos respetar los descansos que nos pida el cuerpo. 

Las cenas ligeras y tempranas nos permitirán empezar a dormir más ligeros y con el proceso digestivo completado, favoreciendo que nuestro sueño sea de calidad. Y, para establecer una buena rutina del sueño, es importante ir a dormir más o menos a la misma hora cada día.

Ejercicio moderado

Aunque nos sintamos más cansados de lo habitual, es muy importante no dejar de lado la práctica deportiva. Si es necesario, podemos reducir la intensidad de los ejercicios. Realizar 30 minutos diarios de ejercicio moderado nos ayudará a liberar tensiones y nos permitirá un mejor descanso nocturno. Además, practicando ejercicio liberamos endorfinas y nos sentimos más alegres y activos.