El verano nos invita a relajarnos, disfrutar del aire libre y compartir comidas con amigos y familiares. Sin embargo, también es una época en la que muchas personas experimentan digestiones pesadas, hinchazón o malestar después de comer. Este malestar no es casual y entender qué lo provoca y cómo evitarlo es clave para disfrutar del verano. Aquí te explicamos las causas más comunes y te damos algunos consejos para mantenerte ligero durante los meses más calurosos del año.
¿Por qué las digestiones se hacen más pesadas en verano?
Aunque podríamos pensar que en verano el cuerpo está más relajado, existen varios factores que pueden dificultar el proceso digestivo durante esta estación:
Cambios en la alimentación
En vacaciones, solemos alterar nuestras rutinas: más comidas fuera de casa, más frituras y platos nuevos, helados, comidas más calóricas, etc. Además, muchas veces no medimos las porciones. Esta combinación puede sobrecargar nuestro sistema digestivo.
Altas temperaturas
El calor tiene un impacto directo en nuestro organismo. Cuando las temperaturas suben, el cuerpo redirige parte del flujo sanguíneo hacia la piel para regular la temperatura corporal, dejando menos recursos disponibles para otros procesos, como la digestión. Esto puede ralentizar el metabolismo digestivo y hacer que las comidas se sientan más pesadas.
Deshidratación
En verano, sudamos más y perdemos líquidos con mayor facilidad. Si no reponemos adecuadamente esa pérdida, el sistema digestivo también se ve afectado. La falta de agua dificulta la producción de jugos gástricos y puede generar estreñimiento, hinchazón o digestiones lentas.
Alcohol y bebidas azucaradas
Las bebidas alcohólicas irritan la mucosa gástrica y afectan la motilidad intestinal. Por su parte, las bebidas azucaradas y carbonatadas contribuyen a la hinchazón y pueden interferir en la digestión.
Cambios en el ritmo circadiano
Con el verano y las vacaciones, modificamos el horario de las comidas y del sueño. Comer más tarde o trasnochar afecta el ritmo circadiano del cuerpo, incluido el sistema digestivo. Nuestro organismo está preparado para digerir mejor durante las horas del día, por lo que hacerlo por la noche, especialmente las comidas copiosas, favorece las digestiones pesadas.
Cómo evitar las digestiones pesadas en verano
Aquí tienes algunos consejos prácticos para prevenir este malestar digestivo sin dejar de disfrutar de la temporada veraniega:
Prioriza alimentos frescos y ligeros
Opta por frutas, verduras, ensaladas, pescados, cereales y legumbres en su versión más ligera. Estos alimentos no solo aportan los nutrientes esenciales, sino que además son más fáciles de digerir y ayudan a mantener el cuerpo hidratado.
Evita alimentos ricos en grasa y comidas muy calientes o copiosas
Estos tipos de alimentos requieren más esfuerzo digestivo. Siempre que sea posible, elige preparaciones al vapor, al horno o a la plancha, y acompáñalas con vegetales.
Cuida el tamaño de las porciones
El tapeo y los platos compartidos dificultan que podamos controlar las cantidades que estamos ingiriendo. En vez de picotear, sírvete pequeñas porciones en tu plato y repite si es necesario.
Hidrátate bien
Bebe agua a lo largo del día, incluso si no tienes sed. Evita tomar grandes cantidades de líquido durante la comida, ya que puede diluir los jugos gástricos y dificultar la digestión. También es recomendable limitar los refrescos y las bebidas alcohólicas y azucaradas.
Evita acostarte justo después de comer
Después de una comida copiosa, especialmente si es por la noche, lo recomendable es esperar al menos 2 horas antes de ir a la cama. Una pequeña caminata o mantenerse en posición erguida favorece el vaciado gástrico.
Incluye probióticos y alimentos fermentados
El calor y los cambios alimentarios pueden alterar la microbiota intestinal. Incluir yogures naturales, kéfir, kombucha o encurtidos te ayudará a mantener un equilibrio saludable en tu sistema digestivo.
No te saltes comidas
Saltarse comidas no solo puede alterar el ritmo digestivo, sino que puede llevarte a comer en exceso en la siguiente comida. Es importante mantener unos horarios más o menos regulares y evitar llegar con mucha hambre a la siguiente comida.
En resumen, comprender por qué las digestiones pueden volverse más difíciles durante esta estación te permitirá elegir de forma más consciente y disfrutar de la comida sin consecuencias indeseadas.
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