Después de muchos meses siguiendo una rutina con horarios fijos y tareas establecidas, llega la época más esperada por los más pequeños de la familia: las vacaciones de verano

Cómo gestionar estos tres meses de vacaciones es una de las principales preocupaciones de los padres y las madres, que dudan entre seguir manteniendo una cierta rutina o permitirles más libertad, se cuestionan si los deberes son necesarios y se preguntan cuáles son las actividades más recomendadas para este periodo estival.

Consideraciones a tener en cuenta durante las vacaciones

Rutinas

Mantener ciertos hábitos o pautas es fundamental para que los niños y las niñas aprendan a estructurar y organizarse mejor. Si bien es importante no perder la rutina que se ha adquirido durante el curso escolar, durante las semanas de vacaciones es conveniente suavizarlas y adaptarlas a las circunstancias; siempre intentando mantener aquellas más esenciales como las tareas de casa (hacerse la cama, poner la mesa…), el horario de comidas y de sueño o el tiempo de lectura y deporte.

De la misma manera que los adultos necesitan disminuir el ritmo durante las vacaciones, los más pequeños de la familia también deben disfrutar y saber que su descanso es merecido.

Por este motivo, es recomendable consensuar con el menor las rutinas que se van a mantener durante este periodo para lograr una mayor implicación y a la vez desarrollar su autonomía y su responsabilidad.

Uso de las tecnologías

El uso de la tecnología y los dispositivos móviles es un tema complejo de gestionar durante el curso escolar, que se puede agravar en verano por el aumento de tiempo libre. Para evitar discusiones y enfados, se recomienda establecer de manera consensuada y justa para ambas partes un límite temporal diario para hacer uso de móviles, tablets, internet y consolas. Asimismo, se puede pactar un aumento del mismo para premiar conductas, fomentando a la vez su responsabilidad.

El tiempo diario recomendado dependerá de la edad y de la personalidad del niño. Sin embargo, debemos considerar que los menores ven en los adultos un ejemplo, por lo que nuestro consumo de tecnologías debería ser coherente a nuestras peticiones.

Repaso y deberes

Son muchos los psicólogos infantiles que inciden en que el verano es para disfrutar y airearse. En su opinión, si el menor ha superado con éxito el curso escolar, durante las semanas de verano se merece desconectar.

En cualquier caso, dedicar un tiempo diario a la lectura siempre es bueno y recomendable. Si se opta por repasar materia estudiada en el curso anterior, debería llevarse a cabo en su justa medida y que no suponga más de 50 minutos diarios.

Para evitar el síndrome postvacacional al inicio del nuevo curso, sí es recomendable empezar a introducir pequeños ratos de estudio a mediados de agosto. De esta manera, la vuelta a la rutina escolar será paulatina.

Actividades

Después de todo un curso escolar, el verano es para disfrutar y hacer todas aquellas actividades que no se han podido realizar durante el año por falta de tiempo.

A su vez, algunos expertos destacan la necesidad de pasar por tiempo de aburrimiento, argumentando que es en ese espacio donde los niños y niñas desarrollan su creatividad y aprenden a estructurar su tiempo. Asimismo, la búsqueda de actividades cuando no saben qué hacer los lleva a descubrir su propia motivación.

En definitiva, el periodo estival es un buen momento para desarrollar nuevas habilidades que les aporten más cotas de autonomía de forma progresiva, una época excelente para disfrutar más de actividades al aire libre, de excursiones en familia y momentos para socializar.