Viajar en familia es una magnífica manera de fortalecer los vínculos con nuestros hijos, disfrutando de tiempo de calidad en un entorno diferente al habitual. El cambio de escenario favorece la estimulación para descubrir y adquirir nuevos aprendizajes. Desde Sentirse Bien Se Nota, te damos algunos consejos para adaptar el viaje a las necesidades de los menores y hacer de este, un recuerdo agradable.

Destino

La edad del menor es fundamental a la hora de elegir el destino, ya que no todas las localidades se adaptan a las necesidades de ciertos grupos de edad. 

La distancia, los servicios disponibles para los turistas, la oferta de ocio o la gastronomía son algunos de los factores que debemos considerar para que el viaje sea placentero para los pequeños de casa. 

Planificación

Para que los niños se sientan implicados y con ganas de viajar, lo mejor es involucrarles durante todo el proceso (elección, planificación y preparación).

Explicarles la ruta antes de partir, consultar los mapas del lugar, planificar las actividades diarias, crear un calendario o realizar una divertida cuenta atrás son solo algunas acciones que, dependiendo de la edad, se pueden realizar en familia para que el viaje se sienta como propio.

Si el menor viaja con ambos padres, el libro de familia y el DNI son obligatorios; aunque en algunos países también es necesario un visado para los turistas españoles, por lo que es importante informarse con antelación. En caso contrario, o en ciertas situaciones de separación o divorcio, es posible que se requiera alguna documentación adicional.

Asimismo, es recomendable solicitar la Tarjeta Sanitaria Europea -dos años de validez-; un documento que otorga el derecho a recibir las prestaciones sanitarias que sean necesarias durante una corta estancia en uno de los países miembros de la UE.

Al preparar el equipaje, debemos tener en cuenta que un exceso de bultos puede dificultar los desplazamientos. 

A partir de los 10 años, el niño debería saber hacerse solo la maleta, con supervisión

Si es menor de esa edad, podemos prepararla conjuntamente para que aprenda y empiece a adquirir cierta responsabilidad. Para mantener la ilusión por el viaje, permite que se lleven alguna ropa o juguete favoritos.

Al viajar con niños, los imprevistos tienden a aumentar. Para que no afecten excesivamente, es aconsejable planificar la ruta con antelación: buscando áreas de descanso, descargando aplicaciones de las ciudades a visitar con información de interés para el turista, etc. Estudia bien el destino y las condiciones del país para evitar sorpresas.

Preparar un pequeño botiquín con instrumentos de primeros auxilios, tiritas, algunas medicinas específicas, etc. permitirá solucionar pequeñas incidencias sin tener que buscar un centro de atención o acudir a una farmacia.

Viaje y alojamiento

Siempre que sea posible, es recomendable utilizar las horas de sueño de los niños para desplazarse; el trayecto será más agradable para ellos.

Si el viaje se realiza en coche, es mejor establecer trayectos cortos con paradas para descansar cada dos horas como máximo y que su totalidad no exceda de las 5 horas. En caso contrario, sería aconsejable barajar la posibilidad de hacer el desplazamiento en dos días.

Si viajamos en avión, es aconsejable darles algo de comer o beber durante el despegue y el aterrizaje; esto evitará que les duelan los oídos por el cambio de presión atmosférica. Recuerda que la comida infantil está permitida en el equipaje de mano, aunque sean líquidos.

Asimismo, tener a mano cuentos, pinturas o algún juego hará que el trayecto sea más ameno.

A la hora de elegir alojamiento, los hoteles céntricos siempre tendrán mejor conexión para los desplazamientos habituales y también en caso de que ocurra cualquier imprevisto.

En destino

Para una mayor seguridad, es conveniente que el niño lleve algún tipo de identificación y teléfono de contacto por si se pierde, como una pulsera donde aparezcan sus datos personales y de sus familiares. Actualmente, existen unos pequeños llaveros con localizadores por GPS para que se pueda controlar la ubicación del niño desde los dispositivos móviles.

Al planificar las actividades diarias, se deben establecer momentos de descanso para dormir o dejar espacios de ocio para jugar. Los niños tienen un ritmo diferente, se cansan más rápido y abusar de su paciencia puede arruinar la jornada. El viaje también es una actividad lúdica para ellos, por lo que es conveniente ser más flexibles que en casa para que puedan disfrutar.

La vuelta

Elaborar un diario del viaje es una magnífica manera de guardar un buen recuerdo de estos días y una actividad perfecta para hacer manualidades en familia, estimulando su creatividad y afianzando su aprendizaje

¡Desde Sentirse Bien Se Nota te deseamos un viaje familiar perfecto!