La economía circular, muy vinculada a la sostenibilidad y a los ODS, se basa en utilizar los recursos naturales de forma que se aproveche al máximo los que están en circulación para reducir la entrada de nuevos materiales, protegiendo de esta manera el medio ambiente.
Para que este nuevo modelo de consumo sea exitoso, el compromiso de todos los agentes sociales es fundamental: instituciones, empresas, asociaciones, familias…
Los niños, como parte activa de esta sociedad y futuros herederos del planeta, deben involucrarse en este nuevo hábito de consumo para poder cambiar el sistema. Para ello, una buena comprensión de qué es la economía circular es fundamental.
Cómo explicar la economía circular a los niños
El funcionamiento de la naturaleza es perfecto y no acumula nada. El desperdicio de una especie pasa a ser comida o abono para otra, la energía utilizada es el sol y es ilimitada.
Al morir, las plantas y las especies son absorbidas por la tierra de manera orgánica y natural, sin que se genere un exceso de material.
El ser humano adoptó esta vida lineal de los productos, adquiriendo recursos materiales para la creación de objetos y cambiándolos por otros después de su utilización. A diferencia de la naturaleza, los objetos utilizados por el hombre no son absorbidos por la tierra, sino que son depositados en un vertedero -produciendo desperdicio tóxico- para ser intercambiados por otros de nuevos.
Este sistema lineal implica que cada vez tenemos más vertederos y a la vez nos quedan menos recursos naturales para elaborar objetos nuevos. La solución radica en convertir esta línea en un círculo para que los objetos tirados puedan servir para crear de nuevos, reduciendo la necesidad de utilizar material natural nuevo.
Aprende a fomentar esta circularidad en casa
La economía circular se sustenta en lo que se conoce como las “7R”, una guía para modificar nuestro estilo de vida incorporando una serie de hábitos más responsables y sostenibles.
Estas “7R” son rediseñar -tener en cuenta la sostenibilidad y el medio ambiente en los procesos de diseño y creación de los productos-, reducir -no consumir sin necesidad-, reutilizar -ampliar la vida útil de los productos-, reparar antes de tirar, renovar -actualizar los productos-, recuperar -reintroducir aquellos materiales que sirvan para la creación de productos nuevos- y reciclar.
En casa, podemos adoptar algunas de estas “R” con diferentes acciones que nos ayudarán a generar un impacto positivo en el medio ambiente:
- Reparar los objetos es la acción con más impacto positivo: no aumenta el volumen de residuos desperdiciados, no implica un uso de recursos naturales ni requiere gran consumo de energía.
- Cuando su reparación no sea posible, antes de tirarlos es importante separar los materiales susceptibles de ser reciclados, así como las partes que se puedan utilizar en otros objetos o para otros fines.
- Cambiar los envases de plástico por unos biodegradables permitirá que la tierra los absorba, alimentando sus frutos.
- Donar juguetes o ropa en buen estado que ya no utilicemos permitirá que estos objetos sigan dentro del círculo de consumo.
- Evitar los productos de un solo uso.
- Para usos puntuales o delimitados en el tiempo, pedir prestados o alquilar ciertos objetos son excelentes alternativas a la compra, que facilitan la preservación de los recursos naturales.
- Reciclar material para crear juguetes es una actividad divertida, creativa y muy beneficiosa para el medio ambiente.
¿Nos ayudas a aumentar esta lista para lograr un mundo mejor para nuestros niños? ¡Deja tu propuesta en los comentarios!
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