La importancia de los océanos para la preservación de nuestro planeta es indiscutible. 

Al contener el 97% de la totalidad del agua presente en la Tierra, los mares son el principal regulador climático. Asimismo, tienen un impacto directo sobre nuestra salud: son la mayor fuente de proteínas del mundo -más de 3.000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina-; y es en los fondos marinos dónde se encuentran los principios que sirven para desarrollar muchos de los medicamentos que consumimos.

Además, según datos de National Geographic, el oxígeno liberado por el fitoplancton presente en los océanos permite drenar grandes cantidades de dióxido de carbono, disminuyendo de manera significativa los niveles de gases de efecto invernadero.

Con motivo del día internacional sobre la Gestión Sostenible y Protección de los Océanos, que se celebrará mañana día 8 de junio, en Sentirse Bien Se Nota, compartimos algunas acciones y consejos para cuidar nuestros océanos. 

¿Cómo cuidar los océanos?

Disminuir la huella de carbono

Los océanos son una de las principales fuentes de eliminación de dióxido de carbono. Sin embargo, este proceso natural de absorción acidifica los océanos, dañando muchas de las especies marinas. Por este motivo, disminuir nuestra huella de carbono es fundamental.

Reducir el consumo de energía de nuestro hogar es la principal vía para disminuir la huella de carbono que generamos. Elige electrodomésticos eficientes (etiqueta A + + +) y haz un uso responsable de los mismos (optimizar el espacio del lavavajillas y elegir los programas económicos, ordenar el frigorífico de manera eficiente, utilizar iluminación de bajo consumo, etc.).

Fuera de casa, elige un transporte que sea sostenible, es decir, opta por desplazarte a pie, en bicicleta o elegir el transporte público, entre otras opciones.

Aquí encontrarás más consejos para reducir tu huella de carbono fuera de casa.

Reducir el consumo de plástico y evitar utensilios de un solo uso

Los desechos de plástico se han convertido en uno de los principales problemas de los océanos, ya que muchos terminan como basura en el mar, lo que supone una degradación del hábitat marino.

Evita el aumento de desperdicios reduciendo el consumo de plástico, reutilizando y reciclando correctamente los materiales. Siempre que puedas, opta por recipientes de otros materiales.

El desagüe del fregadero y el inodoro son vías directas hacia el mar. Por lo tanto, ten mucho cuidado con lo que tiras, evitando siempre aceites y productos tóxicos, así como discos y toallitas desmaquillantes, entre otros. 

Playas limpias

Siempre que visites cualquier entorno natural, deshazte de la basura que generes durante tu estancia. En el caso de la playa, recuerda que cualquier elemento que quede allí, debido a la subida de la marea, será arrastrado hacia el océano, dificultando su recogida.

Asistir a las jornadas organizadas por asociaciones a favor del cuidado de los océanos para limpiar la playa de basura es una excelente oportunidad para aportar nuestro granito de arena. Pero, con solo recoger algunos restos cada vez que visitemos la playa, ya generamos un impacto positivo.

Es importante practicar un turismo responsable sin alterar nada del entorno -ya sean algas, conchas, piedras o pequeños animales marinos-. Optar por realizar deportes sin motor evitará aumentar la contaminación del agua (el surf, los patinetes y el kayak son actividades muy beneficiosas para nuestra salud y respetuosas con el medio natural).

La protección solar es imprescindible para cuidar nuestra piel, pero debemos elegir aquellos productos biodegradables que no llenen los océanos de químicos dañinos

Consumo sostenible y responsable

Actualmente, existe una sobreexplotación de algunos tipos de pescado. Reducir el consumo de estas especies para fomentar la pesca sostenible ayudará a no perjudicar el hábitat marino y su cadena alimentaria.

Asimismo, es importante evitar comprar productos que dañen poblaciones marinas, como arrecifes de coral, productos derivados del tiburón, el codiciado aceite de la ballena azul, artesanía elaborada con el caparazón de las tortugas carey, etc.

Otro gran problema que afecta directamente a la salud humana es el consumo de productos con microplásticos: partículas inferiores a los 5 mm que están presentes, principalmente, en cosmética -dentífricos, geles o exfoliantes- y en ropa sintética. Estas mini partículas llegan al mar directamente desde los desagües de nuestras casas y son tragadas por pequeñas especies como el zooplancton, alimento principal de muchos peces. Esto implica que no solo dañan a las especies marinas, sino que pueden terminar en nuestros platos, perjudicando directamente nuestra salud.

¿Nos ayudas a cuidar de los océanos ampliando la lista de acciones y consejos? ¡Deja la tuya en los comentarios!