Las actividades humanas, entre las que destacan el transporte, el consumo, el alojamiento y la alimentación, requieren el uso de combustibles fósiles que emiten gases como el dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono. Estos gases quedan concentrados en la atmósfera y absorben parte del calor que emite el sol, aumentando la temperatura media de la tierra y provocando un efecto invernadero.

La huella de carbono es un indicador ambiental que cuantifica la cantidad de emisiones de estos gases de efecto invernadero que se liberan como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad. Cada individuo genera su propia huella de carbono personal en base a cada una de sus acciones. 

¿Cómo reducir la huella de carbono personal?

Movilidad sostenible

El actual modelo de movilidad, basado sobre todo en vehículos privados, supone un consumo excesivo de energía, un alto grado de contaminación y provoca que la calidad del aire de las ciudades sea mala, afectando a nuestro estado de salud.

Ante esta situación nace el concepto de movilidad sostenible, una alternativa que tiene como objetivo proponer otros medios de transporte más ecológicos y sostenibles para reducir el impacto medio ambiental de nuestros desplazamientos.

Transporte público

Para trayectos largos o para desplazamientos dentro de la ciudad, el transporte público es una de las opciones más sostenibles. Es más rápido que otro tipo de transporte, más económico, accesible y con su uso se contribuye a una reducción de las emisiones de CO2, mejorando la calidad del aire. Asimismo, cada vez son más las ciudades que incorporan autobuses eléctricos en sus flotas.

Bicicleta y vehículos de movilidad personal

Las bicicletas y los VMP, como patinetes, scooters eléctricos y segways son otra buena opción para moverse por la ciudad y en distancias relativamente cortas. Ofrecen una buena autonomía, comodidad y rapidez, suponen un ahorro económico y energético; y no generan emisiones de CO2.

En el caso de la bicicleta, los beneficios son múltiples: a la reducción de impacto medioambiental se le añade la práctica de actividad deportiva.

Vehículos compartidos

Si bien el vehículo privado es uno de los medios de transporte más contaminantes, compartir trayecto con otros usuarios supone una reducción tanto de las emisiones de CO2 generadas como de tráfico, beneficiando a la calidad del aire.

El carpooling (compartir trayecto) o el carsharing (métodos de alquiler) de coches eléctricos son alternativas más sostenibles que puedes poner en práctica.

Caminar

Sin duda, siempre que sea posible por distancia y tiempo, caminar es la opción más sostenible: el coste es nulo, no se generan emisiones de CO2 y aporta grandes beneficios para la salud.

Consumo sostenible

Según datos de las Naciones Unidas, en el caso de que la población mundial alcance los 9600 millones de personas en 2050, se necesitaría el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener el estilo de vida actual.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 establece que el consumo y la producción sostenibles consisten en hacer más y mejor con menos; en desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental, aumentar la eficiencia de recursos y promover estilos de vida sostenibles.

La manera de consumir genera un gran impacto en el conjunto de la sociedad y es necesario adoptar pequeños cambios en pro de la sostenibilidad. 

Rechazar 

Un consumo responsable implica rechazar todo aquello que no sea necesario: plásticos de un solo uso (cubiertos, pajitas, botellas, vasos…), muestras y obsequios (usualmente están elaborados con plásticos de muy mala calidad y no se reciclan), publicidad (flyers, promociones, correos), recibos y tickets de compra.

Reducir y reutilizar

Revertir el actual consumo excesivo es fundamental para preservar el planeta.

  • Elaborar una lista antes de ir a comprar favorece que no se compren productos de más, reduciendo la posibilidad de desperdicio alimentario.
  • Cambiar productos de un solo uso por otros reutilizables (bolsas de la compra, tazas para el café, termos, botellas de aluminio…).
  • Utilizar el mínimo de envoltorios posibles (evitar los productos con exceso de embalajes como las frutas y verduras en safata)
  • Realizar compras inteligentes (elegir productos reutilizables, duraderos, reparables, recargables…)
  • Prestar y pedir prestado objetos u material que tendrá poco uso (taladro, cortacésped…)

En este enlace de las Naciones Unidas encontrarás cómo calcular tu huella de carbono personal y alternativas para compensarla.