Con el objetivo de destacar la importancia que tienen los océanos para la preservación del planeta, en 2009 la ONU estableció el 8 de junio como el Día Mundial de los Océanos.

Los océanos son grandes partes de extensión de agua salada que cubren el 72% de la superficie del planeta y representan el 97% del agua que contiene. Son considerados el pulmón del planeta porque aportan la mitad del oxígeno que respiramos, además de albergar la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra. Su función reguladora del clima es de vital importancia para mantener las temperaturas en equilibrio.

Además, son una de las principales fuentes de proteínas para más de mil millones de personas de todo el mundo y representan la octava economía mundial.

Sin embargo, el cambio climático supone un grave peligro para su salud.

Un estudio elaborado por Grantham Institute demuestra que su capacidad actual para absorber dióxido de carbono es cada vez más incierta. El aumento de la temperatura, junto con la acidificación del agua de los océanos producida por la absorción de grandes cantidades de dióxido de carbono, perjudica seriamente los arrecifes de coral y provoca una migración masiva de especies marinas.

Asimismo, el calentamiento global está acelerando de forma drástica el deshielo de los glaciares, afectando el hábitat de animales como los osos polares, los pingüinos, las focas o las ballenas. Otra de las consecuencias de este deshielo es el aumento del nivel del mar, amenazando a numerosas personas que habitan en zonas costeras.

A estos graves efectos se le suman los grandes problemas de contaminación que sufren los océanos como consecuencia de la actividad humana: derrames de petróleo y aceites por parte de los barcos, basura vertida en mitad del mar, residuos en las costas, etc.

Este 8 de junio, en Sentirse Bien Se Nota, celebramos el Día Mundial de los Océanos compartiendo algunas ideas y actividades para concienciar a los más pequeños de la importancia de cuidar de uno de los grandes tesoros de nuestro planeta.

En las playas

Siempre que visitemos cualquier entorno natural, debemos deshacernos de la basura generada. Esto toma especial importancia en las costas, ya que una subida de la marea arrastraría toda esa basura al mar, dificultando más su recogida. 

Pero si, además, dedicamos unas horas a limpiar la playa, más allá de recoger nuestra basura, los niños y niñas tomarán conciencia de la importancia de preservar los entornos marinos y se sentirán parte activa de este movimiento.

Existen organizaciones que, de manera periódica, organizan jornadas de limpieza de playas. Al ver como varios grupos de personas se suman a un mismo fin les reafirmará la necesidad de actuar. ¡Y solo con recoger algunos restos de basura con cada visita ya sentirán que están aportando su granito de arena!

Asimismo, la curiosidad de los pequeños puede dañar el entorno natural. Es importante que conozcan la finalidad de las conchas, algas o piedras, así como el comportamiento de ciertos animales, para que entiendan cómo pueden disfrutar del entorno con respeto.

Saber que utilizan protectores solares biodegradables y no tóxicos les ayudará a tomar conciencia del efecto dañino que sufren los mares con los vertidos químicos. Además, es un primer paso para descubrir que todo lo que tiran por el WC y los desagües acabará ensuciando el mar.

En casa

La empatía es una excelente forma de conectar con una causa. Para generarla, es necesario que aprendan tanto como sea posible: documentales, exposiciones, películas, etc. Descubrir todo tipo de curiosidades despertará sin duda su interés.

Por ejemplo, dedicad una tarde de manualidades para conocer todo lo relativo a una especie marina, cread un acuario, preparad una exposición para el cole o buscad juegos específicos dedicados a los océanos.
Más allá de las actividades directamente relacionadas con los océanos, los pequeños deben saber que muchas de sus acciones también afectan a los océanos, aunque sea de forma indirecta. En este sentido, es importante que entiendan la importancia de aplicar las 3R -reducir, reutilizar y reciclar-, de optimizar el agua que utilizan en casa, de disminuir el consumo de plásticos de un solo uso y, en definitiva, de adoptar un estilo de vida más sostenible.