La celiaquía es una enfermedad que se caracteriza por una inflamación de la mucosa del intestino delgado como intolerancia inmunológica y permanente al gluten. Esta enfermedad afecta a cualquier persona independientemente de su edad. 

Según la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) la celiaquía puede presentarse mediante diferentes síntomas, pero los más comunes son la pérdida de apetito, sensación de fatiga, diarrea, vómitos, anemia o pérdida de masa muscular.

Durante la infancia, los síntomas más comunes suelen ser un pelo frágil, diarreas, hipotrofia muscular en muslos, nalgas y brazos, distensión abdominal, astenia, irritabilidad, introversión o retraso en el crecimiento.

Durante la adolescencia estos síntomas tienden a evolucionar y la celiaquía también se manifiesta con cefaleas, hepatitis, estreñimiento, dermatitis atópica, retraso puberal, artritis crónica juvenil o dolor abdominal.

¿Qué debemos tener en cuenta si nuestro hijo es celíaco?

Aunque nuestro hijo sea celíaco, podrá llevar una vida completamente normal y solo deberá adecuar su dieta, prescindiendo del gluten.

El gluten se encuentra, principalmente, en los alimentos que contienen trigo, cebada y/o centeno; y también en espesantes, especias, colorantes, aromas y muchos productos procesados. Ante la duda, y si el producto es artesanal y no va acompañado de una lista de ingredientes, es mejor no consumirlo.

Pero no debemos pensar que nuestros hijos van a tener una dieta limitada. Existen muchos alimentos que no contienen gluten de forma natural, como la leche y sus derivados, carnes, pescados, mariscos, huevos, frutas, verduras, tubérculos, arroz, legumbres o frutos secos. Y cada vez es más común encontrar la versión “sin gluten” de muchos alimentos en los supermercados tradicionales. 

Además, el reglamento europeo 1169/2011 exige que todos los restaurantes tengan a disposición de los clientes la información relativa a ingredientes y posibles alérgenos de todos sus platos; por lo que comer fuera de casa no presentará muchas dificultades.

La Federación de Asociaciones de celíacos de España (FACE) actualiza cada año un listado de alimentos libres de gluten, que podemos consultar.

Es muy importante que nuestro hijo conozca perfectamente en qué consiste la celiaquía y cuáles son los alimentos que no puede comer. También debemos avisar a la escuela, familiares y amigos para que tengan en cuenta los alimentos que tu hijo no puede consumir. Y si no nos sentimos seguros, podemos llevar su propia comida.

Referente al etiquetado, debemos tener en cuenta que un producto marcado como “sin gluten” puede contener hasta 20 ppm (parte por millón). Para que un alimento sea inocuo para los celíacos, el producto debe contener el logo de la espiga tachada dentro de un círculo con la marca “Controlado por la FACE”.

Al preparar alimentos en casa debemos tener en cuenta ciertos aspectos para evitar la contaminación cruzada:

  • Tener mermeladas, mantequillas, cremas de cacao y similares independientes para su hijo celíaco. De esta manera se evitarán posibles migas de pan.
  • El pan sin gluten debe tener un tostador solamente para este uso. En el microondas, el plato sin gluten debe estar siempre tapado y el horno se debe limpiar después de cada uso.
  • Las encimeras y tablas de cortar deben limpiarse siempre para evitar la posible contaminación con migas.
  • No freír nunca productos sin gluten en aceite utilizado anteriormente para freír otro tipo de productos.
  • Para almacenar los alimentos, los productos sin gluten deben tener un estante propio y que sea el más elevado de todos para evitar que caigan restos.
  • Los utensilios de cocina, cazos o coladores se deben limpiar antes y después de cada uso. Si existe la posibilidad, es preferible tener utensilios exclusivos para cocinar productos sin gluten.

Por último, es recomendable contactar con la asociación de celíacos de tu comunidad para que te puedan asesorar sobre dietas sin gluten y facilitar algunas herramientas necesarias para conocer qué alimentos o marcas son aptas para celíacos.