Aunque a veces lo dudamos, la creatividad es una habilidad inherente a todos nosotros. Algunos la tienen más desarrollada y otros menos, pero cuanto más la practiques, más fácil te será emplearla.

Una mente creativa es una mente resolutiva y más despierta. Al trabajar con nuestra creatividad aumentamos la confianza que tenemos en nosotros mismos, desarrollamos nuestra imaginación, afinamos las percepciones, ampliamos nuestra capacidad intuitiva, lo que nos ayudará a solucionar más fácilmente nuestros problemas, y desarrollamos más el pensamiento lateral.

La creatividad se puede aplicar a cualquier faceta de nuestra vida: el trabajo, los amigos, la familia, los hobbies… Hoy te vamos a dar algunos consejos para que la practiques en la cocina.

Cómo ser creativos en la cocina

La cocina es un excelente laboratorio para explorar y jugar con nuestra creatividad porque nos permite estimular la mayoría de los sentidos. Visualmente podemos experimentar con las formas -creando trampantojos-, hacer combinaciones cromáticas, construcciones o simplemente dejándonos llevar. La presentación de los platos es fundamental para despertar el apetito del comensal.

Asimismo, la cocina nos permite jugar con el olfato, el gusto y el tacto, probando diferentes texturas o mezclando sabores. Una prueba de ello es el food pairing, un método científico creado en 2007 por el bioingeniero belga, Bernand Lahousee, que nos ayuda a combinar los alimentos en base a un análisis molecular de sus aromas. Una excelente manera de aportar una gran experiencia gastronómica al comensal, reinventando recetas tradicionales o creando sabores insólitos. 

Si te animas a ensayar con diferentes sabores, en la página oficial de Foodpairing descubrirás interesantes combinaciones de alimentos.

Qué debemos tener en cuenta

No forzar la creatividad

La mente está más creativa cuando no la forzamos y la dejamos fluir sin presión. 

Para ser creativo en la cocina la relajación es esencial. Además, el propio proceso también nos servirá para mantener un estado de conciencia plena, favoreciendo esa relajación. Si no tenemos tiempo suficiente para disfrutar de nuestras creaciones, es mejor ir a un plato seguro y dejar la creatividad para otro momento.

Inspiración

Crear no es copiar, pero si nos sentimos bloqueados es bueno buscar inspiración. Puede que una receta te aporte una idea cromática o que te inspire para hacer la misma combinación de alimentos en otro tipo de plato. Existen numerosos blogs creativos y perfiles en redes sociales, como Instagram o Pinterest, que te pueden servir para ir estimulando la mente y empezar tu proceso creativo.

Sin miedo a fallar

No añadas presión al proceso y no tengas miedo a equivocarte. Que un plato no salga a la primera también es un reto e incentivo para ir probando hasta que salga perfecto. Lo más importante es salir de la norma, cuestionar lo establecido y dejar volar la mente disfrutando del momento.

Buscar una reacción

Preparar un plato pensando en la reacción de la persona que lo va a probar es muy retador. Tener en cuenta su edad, sus gustos y sus aficiones es primordial si buscamos una reacción positiva, además nos ayudará a inspirarnos. 

Una buena presentación es la clave a la hora de despertar el apetito. Y no subestimes el poder de las elaboraciones divertidas para los más pequeños; pueden lograr que coman más fácilmente los alimentos que menos les gusten.

Elegir alimentos nutritivos

Aunque cuando hablamos de creatividad lo mejor es no establecer normas, en la cocina es importante tener en cuenta que nuestras elaboraciones deben ser saludables, nutritivas y equilibradas. Utiliza siempre alimentos saludables y no te excedas de las cantidades recomendadas.

¿Ya eres creativo en la cocina? ¡Cuéntanos en los comentarios tu plato más sorprendente!