El bienestar físico y el bienestar emocional están muy ligados. Cuando sufrimos alguna enfermedad física con frecuencia nos acarrea también sentimientos de tristeza o de ansiedad. Asimismo, al vivir períodos largos de estrés o de angustia podemos llegar a somatizar dolencias físicas en el cuerpo. Mente y cuerpo son inseparables.

Sentirnos bien físicamente nos ayuda a mantener una actitud positiva frente a la vida y un bienestar emocional, de aquí la importancia de practicar ejercicio físico de manera regular. 

A largo plazo, este bienestar físico también nos ayuda a mitigar posibles problemas mentales como el estrés o la ansiedad, y mejorar la calidad de nuestro sueño.

De la misma manera, nuestro estado emocional también tiene efectos directos sobre nuestro cuerpo.

Existen diversos estudios que demuestran cómo diferentes emociones impactan directamente en partes concretas de nuestro cuerpo:

  • La ansiedad y la preocupación afectan al aparato digestivo, al páncreas y al bazo.
  • Sentir depresión o melancolía perjudica al intestino grueso, los pulmones y la piel.
  • La impaciencia afecta a nuestra salud intestinal y cardíaca, con efectos como la hipertensión y dolores en el pecho
  • El miedo impacta directamente en los riñones, los oídos y la vejiga urinaria.
  • Sentir frustración o ira perjudica el funcionamiento de los ojos, el hígado y la vesícula biliar, con síntomas como un exceso de colesterol o una mala digestión provocada por la producción de bilis.

Por eso es importante mantener un óptimo estado de salud física y emocional.

¿Cómo mejorar nuestro bienestar físico y mental?

Cuidar nuestra alimentación

Los alimentos que consumimos impactan directamente en nuestro estado físico y mental. 

Una dieta sana y equilibrada protege nuestra salud y fortalece nuestro sistema inmunológico. Al consumir alimentos saludables, aportamos a nuestro cuerpo gran cantidad de nutrientes, llenándolo de energía y vitalidad, y favoreciendo un buen mantenimiento de nuestros órganos. 

Asimismo, una buena alimentación nos permite ejecutar fácilmente las tareas diarias, potenciando nuestra concentración y memoria. Cuidarnos con una alimentación saludable también despierta nuestra autoestima y confianza.

Hidratarse correctamente también es esencial para gozar de buena salud física y mental. Aunque la cantidad adecuada depende de varios factores, de manera general se recomienda consumir entre 1,5 litros y 2 litros de líquido diariamente.

Realizar ejercicio físico

Practicar un mínimo de 30 minutos al día cualquier tipo de actividad física, aunque sea moderada, aporta grandes beneficios para nuestra salud física y emocional.

Además de los evidentes beneficios físicos -como una buena tonificación muscular, la prevención de sufrir obesidad, una reducción del riesgo de enfermedades coronarias o mejorar nuestra calidad del sueño-, también tiene múltiples beneficios mentales. Practicar deporte libera endorfinas, generándonos buen humor y sensación de felicidad. Además, es beneficioso para reducir los síntomas de la depresión, mitigar el estrés y la ansiedad, y mejorar la concentración.

Sueño de calidad

La calidad del sueño afecta directamente a nuestro bienestar general y al rendimiento diario. Durante el mismo, nuestro cuerpo lleva a cabo el proceso de restauración físico y mental necesario para nuestra salud. La falta de sueño afecta desde el sistema hormonal, inmunitario o respiratorio hasta la salud cardiovascular. Una baja calidad del sueño también aumenta el riesgo de padecer obesidad y enfermedades coronarias.

Según la National Sleep Fundation, un adulto debería dormir entre 7 y 9 horas diarias de calidad. Para lograrlo, es importante cuidar nuestra higiene del sueño con prácticas como mantener un entorno adecuado en el dormitorio, evitar estimulantes a partir de media tarde, respetar una rutina diaria y mantener alejados gadgets electrónicos de la cama. 

Cultivar la mente

De la misma manera que prestamos especial atención en cuidar nuestro cuerpo, debemos hacer lo propio con la mente. Para cuidar nuestra salud mental es esencial aprender a identificar las emociones que sentimos y permitirles seguir su curso, sin negarlas ni forzarnos a estar bien.

Aprender a aceptarnos como somos, permitirnos fallar, vivir nuestros errores como procesos de aprendizaje y dedicarnos tiempo de calidad para realizar aquellas cosas que nos gustan, nos ayudará a desarrollar nuestra autoestima.

Fomentar y cultivar relaciones sociales de calidad con nuestros amigos y familiares también es importante para nuestro bienestar emocional

Descansar bien, una buena alimentación y la práctica habitual de ejercicio también nos ayudarán a cultivar nuestra mente. En el apartado de salud y nutrición de nuestro blog encontrarás muchos consejos que te pueden ser de utilidad.