La bioquímica australiana Elisabeth Blackburn ganó el Premio Nobel de Medicina en el 2009 por su descubrimiento sobre los telómeros y su relación con el envejecimiento humano.

Los telómeros son largas secuencias repetidas de ADN que protegen las extremidades de nuestros cromosomas. Su natural acortamiento por el paso del tiempo se relaciona con el envejecimiento de las células de nuestro cuerpo.

Si bien son varios los factores que intervienen en la salud y la longitud de los telómeros, diferentes estudios han demostrado que una dieta rica en antioxidantes y en ciertas vitaminas puede prevenir su acortamiento, ralentizando el envejecimiento de las células.

¿Qué alimentos protegen los telómeros?

Aceite de oliva

Con altos porcentajes de vitamina E y K, el aceite de oliva es un gran antioxidante que fortalece nuestro sistema inmunológico, previene enfermedades cardiovasculares y favorece la mineralización ósea, evitando dolencias relativas al envejecimiento como la osteoporosis.

Al ser rico en ácidos grasos Omega 3, también contribuye en la regeneración de la piel y protege del estrés oxidativo. Un consumo habitual de aceite de alta calidad es muy beneficioso para nuestro organismo en todas las edades.

Probióticos

Este tipo de bacterias se encuentran en alimentos fermentados como el chucrut, el kéfir, el kimchi, los lácteos o el yogur natural de calidad. Los probióticos tienen esporas que germinan en nuestros intestinos, generando bacterias activas, conocidas también como flora intestinal. Estas bacterias nos aportan inmunidad, neuroprotección y aumentan la longevidad.

Si bien es fundamental consumir probióticos para tener una buena flora intestinal, es igualmente necesario alimentar estas bacterias con el consumo de prebióticos: alimentos ricos en inulina -espárragos, alcachofas, cebollas- y almidón resistente -arroz, patata, avena-.

Avena

Similar a la glutenina de otros cereales, la avenina, es una proteína de la avena que ayuda a prevenir el daño celular de la piel y calma la irritación. 

Este cereal aporta una gran cantidad de antioxidantes y antiinflamatorios. Su consumo disminuye el colesterol y nos ayuda a controlar el azúcar en sangre. Su aporte en vitamina B1, calcio y alcaloides previene el agotamiento mental y permite una buena relajación. 

Además de los efectos beneficiosos de su consumo, muchos dermatólogos recomiendan utilizar este cereal a nivel tópico para tratar irritación, alergias en la piel o aliviar quemaduras.

Salmón

El pescado azul, en especial el salmón, es uno de los alimentos más ricos en grasas Omega 3. Su consumo habitual nos ayuda a prevenir enfermedades en las articulaciones, favorece el fortalecimiento del cabello y permite mantener la piel bien hidratada, retrasando la aparición de arrugas

Otros pescados ricos en ácidos grasos Omega 3 son la caballa y las sardinas.

Frutos secos

Siguiendo con alimentos fuente de Omega 3, nos encontramos con los frutos secos, ricos también en antioxidantes y vitamina E.

Nueces, avellanas, almendras, pipas de girasol o pistachos son fuente de ácido elágico, un polifenol antioxidante, presente también en frutos rojos, kiwis y uvas, que previene las acciones de los radicales libres contra la piel, retrasando el envejecimiento de la misma y aportando elasticidad.

Naranjas

Excelente fuente de vitamina C, las naranjas intervienen en la hidratación de nuestra piel y sus células. Asimismo, favorecen la creación de colágeno, manteniendo la flexibilidad de la piel y fortaleciendo huesos y articulaciones.

Si optamos por la variedad sanguina, al aporte de vitamina C se le suma las antocianinas -pigmento responsable del color rojo- y un mayor aporte en betacarotenos respecto a la variedad común. Estos tres compuestos dotan a la naranja sanguina de una alta capacidad antioxidante para combatir los radicales libres.

Aguacate

La grasa monoinsaturada, presente en los aguacates, nos ayuda a mantener la piel hidratada a la vez que favorecen en la absorción de vitaminas y nutrientes necesarios para nuestra piel. Asimismo, es rico en vitaminas A (carotenos), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B7 (biotina), B9 (ácido fólico), C y E. 

Si bien sus beneficios nutricionales son conocidos, su aceite es muy valorado en la industria cosmética por sus grandes efectos hidratantes y calmantes. En comparación con otros aceites vegetales, el del aguacate posee una mayor tasa de penetración en la piel.