A veces, gestionar bien el tiempo para conciliar nuestra vida profesional y personal resulta complicado y es difícil encontrar momentos para realizar otras actividades.

Si tu día a día no te deja mucho tiempo libre pero eres consciente de que llevar un estilo de vida activo debe formar parte de tus hábitos saludables, el HIIT (High Intensity Interval Training) es una buena opción para incorporar el deporte en tu agenda.

El HIIT es un tipo de entrenamiento cardiovascular de alta intensidad y corta duración que consiste en alternar momentos de gran intensidad (anaeróbicos) con otros medio-bajo o de descanso total, consiguiendo una frecuencia cardíaca interválica. Con tan solo 15-20 minutos de intervalos puedes conseguir los mismos progresos que corriendo suavemente durante 1 hora. Se puede introducir en nuestra práctica deportiva habitual, ya sea corriendo, en bici estática, máquinas de remo, flexiones, sentadillas. De lo que se trata es de regular la intensidad del ejercicio elegido, alternando una máxima intensidad en un corto periodo de tiempo (2-3 minutos) con el mismo periodo de tiempo en intensidad baja o descanso total. En atletismo un ejemplo de este tipo de entrenamiento lo encontramos en la práctica de fartlek.

Es un entrenamiento muy eficiente. Según un estudio de la American College of Sports Medicine, tras 2 semanas practicando este tipo de entrenamiento con intervalos, se consiguen los mismos resultados que tras 6-8 semanas de entrenamiento de resistencia a ritmo constante.

Además, practicando HIIT no solo se queman más grasas y calorías durante el ejercicio sino que se prolonga hasta algún tiempo después de la realización de la sesión por el efecto EPOC (exceso de consumo de oxígeno post ejercicio). Cuanto mayor sea la intensidad del ejercicio mayor será el EPOC y, por lo tanto, el consumo calórico después del ejercicio más elevado.

El Estudio Trapp es otra de las investigaciones relevantes al respecto, ya que demostró que un entrenamiento de este tipo consigue una reducción significativa de la zona central abdominal.
Este estudio se realizó con tres grupos de mujeres. Durante 15 semanas el primer grupo no realizó ningún tipo de deporte, el segundo practicó una actividad aeróbica a ritmo continuado (resistencia) y el tercero llevó a cabo un programa de cardio a intervalos, alternando periodos de máximo esfuerzo con periodos de descanso total.

Los resultados obtenidos entre los dos grupos que hicieron ejercicio fueron los siguientes:

  • El gasto de energía total fue el mismo para ambos grupos sin cambiar sus dietas
  • La resistencia aeróbica (VO2) de ambos grupos aumentó
  • El grupo que practicó intervalos perdió peso mientras que los demás no lo hicieron
  • El grupo de intervalos sufrió una pérdida significativa de grasa en la zona abdominal
  • El grupo de intervalos aumentó la masa muscular del tronco mientras los demás grupos no
  • Ambos disminuyeron su nivel de insulina en ayunas

 

A todos estos beneficios sobre nuestro estado de salud debemos añadirle la facilidad de practicarlo, ya que lo podemos aplicar a cualquier práctica deportiva como andar, correr, nadar o ir en bicicleta, y por lo tanto se puede hacer en cualquier lugar. Realizando alguna de estas actividades y alternando los intervalos de tiempo comentados ya estamos llevando a cabo un entrenamiento HIIT.