Viajar es una de las actividades más placenteras que existen. La sensación de alegría que se experimenta al explorar nuevos países, climas y culturas provoca un incremento en los niveles de endorfinas, la hormona de la felicidad responsable de la reducción del cortisol.

Si bien según el destino algunas experiencias pueden ser más interesantes que otras, cualquier tipo de viaje nos aporta beneficios para cuerpo y mente. En especial, aquellos que se realizan solos o con un grupo de personas desconocidas, los viajes largos, aquellos que tienen como destino un país muy diferente al nuestro y los que representan un desafío.

Se cumplan o no estos requisitos, todos los viajes son una gran fuente de bienestar emocional y muy positivos para nuestra salud. A continuación, te explicamos algunos de los beneficios de viajar.

Actividad física

La mejor manera de descubrir pueblos y ciudades es recorriéndolos a pie: perdiéndose por sus calles, observando su arquitectura, contemplando sus paisajes, etc. 

Caminar es uno de los ejercicios más completos que existen porque ponemos en movimiento todo nuestro cuerpo y es también uno de los más olvidados en nuestro día a día. Las largas caminatas recorriendo nuevos territorios nos ayudarán a fortalecer huesos, músculos y articulaciones; y beneficiarán la salud de nuestro sistema cardiovascular.

Ir en bici es otra actividad con muchos beneficios físicos que nos permite descubrir otras ciudades. 

¡Cuando viajes, anímate a elegir estas opciones para moverte por tu destino!

Cura antiestrés

Los problemas y las preocupaciones diarias muchas veces fomentan que suframos estrés, uno de los grandes males de nuestro tiempo. Salir de nuestro entorno cotidiano para emprender un viaje facilita que desconectemos de la rutina y las angustias de cada día para disfrutar del momento presente y eliminar la presión acumulada.

Agilidad mental

Salir de nuestra zona de confort para conocer otros lugares, culturas y contextos distintos a los habituales implica tener que afrontar ciertas situaciones que pueden ser complicadas. Ubicarse en otro país, comunicarse en un idioma que no es el nuestro, entender diferentes costumbres…puede suponer un reto para nuestro intelecto que nos ayudará a aumentar nuestra capacidad para resolver problemas, incrementando nuestra agilidad mental.

Capacidades comunicativas y sociales

Tanto si lo hacemos en compañía como si optamos por hacerlo solos, viajar es una experiencia llena de oportunidades para conocer gente nueva y conectar con otras personas.

Si lo hacemos en compañía, la intensidad de la experiencia junto con la superación de retos nos permitirá afianzar la relación con nuestros acompañantes.

Asimismo, viajar solo potenciará que estemos más abiertos a socializar y a entablar conversaciones interesantes con otras personas.

En cualquier situación, viajar te permitirá desarrollar tus habilidades sociales.

Aprendizajes

Salir de nuestra zona de confort, asumir nuevos riesgos y vivir nuevas experiencias nos llenará de aprendizajes. 

Viajar nos permite descubrir cómo viven otras personas, así como conocer culturas y costumbres muy diferentes a las nuestras. Si estamos abiertos a ello, aprenderemos nuevas culturas, relaciones y religiones que nos permitirán abrir más nuestra mente. 

De hecho, una de las mejores actividades para deshacernos de prejuicios y estereotipos es viajar.

Autoconocimiento

Al dejar de lado la rutina y las preocupaciones para centrarnos en el presente, lograremos una mayor conexión con nosotros mismos y veremos las cosas con mayor perspectiva.

Una experiencia emocionante y fuera de lo común, en un entorno totalmente diferente, es la mejor forma de descubrir aspectos propios de los que no éramos conscientes.

Si durante el viaje nos ha tocado superar retos y dificultades, nos daremos cuenta de nuestra gran capacidad resolutiva, fortaleciendo nuestra autoestima y seguridad.

Vivir el momento y relativizar

Al viajar, sabemos que esa experiencia tiene un final. Esa limitación del tiempo nos empuja a aprovechar al máximo cada día que pasa para exprimir todas las posibilidades, ayudándonos a vivir siempre en el momento presente.

Viajar es una buena manera de relativizar los problemas y darnos cuenta de lo que es de verdad importante.

¿Te faltan más motivos para empezar a sacar el polvo de tu maleta?