Según un estudio realizado por la empresa demoscópica Sondea, los españoles pasamos 167 días al año mirando la pantalla de algún dispositivo. El 65% mira la pantalla de su móvil justo al despertarse y el 63% es la última imagen que ve antes de dormirse.

Entre el smartphone, el ordenador, la tablet, la televisión, los smartwatches y los e-books, el ciudadano medio pasa 11 horas al día delante de una pantalla sin apenas dar descanso a sus ojos.

Los resultados de dicho informe también determinan que se está produciendo un mal uso generalizado. Aproximadamente el 70% de las personas encuestadas confiesa no realizar descansos visuales durante el uso de dispositivos; el 60% no fuerza el parpadeo y el 41% no mantiene la distancia prudente con la pantalla.

Según Manuel Díaz, catedrático de Oftalmología de la Universidad de Valencia, este mal uso puede conllevar varios problemas de salud. En la población infantil, el uso excesivo de las pantallas reduce las horas de exposición a luz natural, provocando un aumento generalizado de la miopía en edades tempranas (5 o 6 años). En los adultos, este mal uso es la causa de fatiga visual, sequedad ocular, falta de concentración e insomnio.

¿Qué es el vamping?

El vamping es un vocablo que tiene su origen en la unión de dos palabras inglesas, vampire (vampiro) y texting (acción de teclear mensajes de texto), y hace referencia al hecho de utilizar aparatos electrónicos por la noche con efectos negativos para la salud.

Para conciliar el sueño nuestro cuerpo segrega melatonina (la hormona que regula el ciclo del sueño) aproximadamente dos horas antes de irnos a dormir. Según la Dra Ángela Milán, neuróloga de la Universidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra, “al utilizar aparatos electrónicos con luz, nuestro cuerpo entiende que aún es de día y no empieza el proceso de segregación de dicha hormona. Esto provoca un retraso del inicio del sueño y dormimos menos horas, lo que se conoce como insomnio tecnológico”.

Al limitar nuestras horas efectivas de sueño, las principales consecuencias del vamping son un aumento de cansancio, debilidad, irritabilidad y una bajada de nuestras defensas.

Indirectamente también influye en nuestro apetito. Al frenarse la segregación de melatonina aumenta la producción de neuropéptidos (mecanismo que, entre otras funciones, regulan la ingesta de comida y bebida) estimulando nuestro apetito por alimentos grasos y dulces.

 

¿Cómo podemos prevenir el vamping?

 

La Federación Americana del Sueño establece unas medidas para prevenir el vamping.

 

Controlar y limitar el uso de aparatos electrónicos y pantallas

Para evitar sus efectos, la fatiga visual y controlar una posible adicción a los dispositivos móviles debemos aprender a utilizarlos correctamente, limitando el tiempo dedicado.

 

No dormir con aparatos electrónicos

Para evitar el brillo de las pantallas por la recepción de mensajes y notificaciones que puedan alterar nuestro estado de sueño es aconsejable situar los dispositivos electrónicos fuera del dormitorio. De esta manera también evitaremos caer en la tentación de utilizarlos.

 

Dar ejemplo a nuestros hijos

Un correcto hábito de consumo de dispositivos electrónicos por parte de adultos ayudará con el ejemplo a que los niños adquieran buenas prácticas.

 

Si quieres adoptar una correcta higiene del sueño puedes consultar nuestro post con consejos para dormir mejor.