El esquí es un deporte invernal que cada temporada consigue conquistar a más aficionados. Parte de su éxito radica en los muchos beneficios físicos que nos aporta su práctica y a la sensación de bienestar y libertad que sentimos al hacerlo en un entorno natural privilegiado. Además, aunque es un deporte que se practica de manera individual, es una actividad perfecta para disfrutar en familia.

Existen dos modalidades principales de esquí: el alpino, que se realiza bajando pendientes montañosas más o menos pronunciadas, y el de fondo, que consiste en excursiones sobre terreno más o menos plano.
Cada uno tiene sus particularidades, pero ambos nos proporcionan múltiples beneficios.

Beneficios de practicar esquí

Ayuda a ejercitar y tonificar los músculos de todo el cuerpo

Al practicar esquí trabajamos todas las partes de nuestro cuerpo, en especial los cuádriceps (al deslizarnos por la nieve), los brazos (al impulsarnos con los palos) y los abdominales oblicuos (al realizar los movimientos de zig zag), potenciando nuestra fuerza y resistencia física.

Mejora nuestra concentración, agilidad física y mental, y la coordinación motora

La posición que debemos mantener para practicar esquí nos ayuda a trabajar nuestro equilibrio y coordinación entre los diferentes grupos musculares. La velocidad que alcanzamos al descender las pistas nos exige concentración y los obstáculos que encontramos nos permiten ejercitar la flexibilidad, mejorando nuestras capacidades psicomotrices.

Mejora nuestro sistema respiratorio y cardiovascular

El esquí es un deporte aeróbico muy completo que implica un alto gasto energético. Al practicarlo, activamos la circulación, quemamos calorías, reducimos nuestros niveles de colesterol en sangre y hacemos trabajar el corazón y los pulmones.

Oxigenación en sangre

Las pistas de esquí están situadas en entornos montañosos de gran altitud y esto nos permite respirar aire mucho más puro que el de zonas urbanas, aumentando nuestra capacidad pulmonar y favoreciendo una buena oxigenación de la sangre.

Favorece nuestras articulaciones

Con el esquí trabajamos todo el cuerpo y, si mantenemos la postura correcta, favorecemos el mantenimiento de las articulaciones siempre que estas estén en buen estado.

Combate el estrés y la tensión

Los beneficios que nos aporta practicar cualquier actividad deportiva junto con la sensación que sentimos realizándola al aire libre hacen del esquí uno de los deportes más completos a la hora de reducir el estrés y la tensión. Al practicar deporte generamos adrenalina, combatiendo cualquier estado de ansiedad, y el bienestar y la libertad de hacerlo en la naturaleza permitirá que se eleven nuestros niveles de serotonina, la hormona de la felicidad.

Precauciones a tener en cuenta

Al ser un deporte que se practica en zonas de cierta altitud, debemos tener en cuenta que este es un factor que puede elevar la presión arterial, afectando negativamente a personas con hipertensión.

Las personas con insuficiencias respiratorias crónicas o con algún tipo de problema cardíaco deben consultar a un especialista antes de empezar a practicar este deporte y realizarlo de forma moderada. En las estaciones de esquí tenemos a nuestra disposición pistas de diferentes dificultades para poder elegir las que más se adecuen a nuestro estado físico.

Por último, debemos recordar la importancia de un buen calentamiento y estiramiento de los músculos antes y después de esquiar, no olvidar la hidratación y utilizar una correcta equipación, poniendo especial atención en proteger nuestra vista y nuestra piel de posibles quemaduras solares.