Las vacaciones, el cambio de rutina o las temperaturas más cálidas pueden modificar nuestros hábitos alimentarios. Nuestro apetito cambia y somos más susceptibles de cometer excesos y desequilibrar nuestra dieta.

Hoy, en Sentirse Bien Se Nota vamos a compartir algunas de las recomendaciones de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) para mantener unos hábitos de alimentación saludables durante el verano.

 

Hidratación

Un buen estado de hidratación corporal es esencial para nuestra salud. Cuando la temperatura exterior es más cálida aumenta nuestra sudoración y debemos incrementar la ingesta de agua, de frutas y hortalizas en forma de zumos naturales, gazpachos y sopas frías.

Dieta Mediterránea

Según la SEEN, seguir las pautas de la dieta Mediterránea es muy recomendable  porque nos ayuda a mantenernos sanos y a prevenir el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, enfermedades cardiovasculares o algunos tipos de cáncer.

Además, la SEEN acentúa la importancia de mantener este tipo de dieta durante todo el año, también en época estival, haciendo hincapié en la utilización de aceite de oliva como grasa principal, el consumo diario de frutas, verduras, pan, cereales (como el arroz, la pasta) y legumbres, moderar el consumo de carnes rojas y optar por alimentos frescos evitando los más procesados.

Consumir frutas y hortalizas de temporada

Las frutas y hortalizas de esta época del año se caracterizan por ser muy ricas en agua y bajas en calorías. Consumir piezas de fruta como la sandía o el melón a media mañana y media tarde nos ayudará a mantener un buen estado de hidratación de nuestro cuerpo.

Los alimentos más adecuados

Durante el verano debemos evitar consumir platos muy copiosos e ingerir grandes cantidades de alimentos aunque sean saludables.

La SEEN aconseja moderar el consumo de carne roja y sustituirla por pescado, en torno a 5 o 6 raciones semanales, 3 de las cuales deberían ser de pescado azul.

Otro aspecto a tener en cuenta es la importancia de reducir el consumo de grasa durante estos meses y que la consumida sea principalmente aceite de oliva. Elaborar platos a la plancha, a la barbacoa o en su jugo son buenas opciones para nuestras comidas veraniegas.

Para asimilar todas las vitaminas y minerales que nos aportan las verduras, su estado óptimo es el crudo. El verano es un buen momento para incrementar su ingesta ya que con el calor nos apetecen platos más frescos. Comer diariamente un plato de verdura cruda, como ensalada, gazpacho o sopa fría nos aportará muchos beneficios.

Limitar el consumo de ciertos productos

Los momentos de ocio y las temperaturas cálidas influyen en el aumento del consumo de productos como refrescos, cócteles o helados. Para mantener un estilo de vida saludable es recomendable evitar los refrescos azucarados y que el consumo de helados sea ocasional.

Y no olvides que una vida activa y la práctica de deporte de manera habitual es esencial para un buen estado de salud. Realizar actividades al aire libre aporta muchos beneficios. ¡Practica salud este verano!