El estrés, los malos hábitos y el ritmo de vida pueden perjudicar la salud de nuestro sistema digestivo. En ocasiones, creemos que adoptando una alimentación saludable podemos conseguir eliminar ciertos malestares como gases, estreñimiento o acidez, pero existen otros factores que dañan nuestra salud estomacal más allá de los alimentos que consumimos.

Hoy, en Sentirse Bien Se Nota, te explicamos qué debes tener en cuenta para cuidar tu aparato digestivo.

Cómo cuidar el aparato digestivo

Comer despacio y masticar bien

La masticación es fundamental para el éxito del proceso digestivo. Al hacerlo correctamente y las veces necesarias, logramos crear una bola alimentaria bien triturada e hidratada con saliva. Esto facilitará la circulación del alimento por los conductos digestivos y contribuirá a que las digestiones sean más ligeras y fáciles de procesar.

Asimismo, al tomar consciencia de nuestra masticación ralentizamos el proceso de comer, evitando la creación de gases producidos por ingestas demasiado rápidas e indigestiones.

Las distracciones o el estrés son factores que pueden desconectarnos de este proceso, por lo que se recomienda comer en un entorno relajado. 

Los expertos recomiendan repartir la ingesta diaria en pequeñas comidas durante todo el día para facilitar el proceso digestivo a nuestro organismo. Asimismo, un exceso de comida podría provocar sensación de pesadez, acidez e hinchazón abdominal dificultando su desarrollo.

Mantener el cuerpo hidratado

El agua es uno de los elementos esenciales del proceso digestivo. Interviniendo en todas las etapas, ayuda a descomponer los alimentos, facilita el recorrido del bolo alimenticio por el aparato digestivo y ablanda las heces, evitando así problemas de estreñimiento.

Lo más recomendable es optar por beber agua durante las comidas. El alcohol o los refrescos azucarados producen un efecto deshidratante en el cuerpo, pudiendo llegar a irritar el aparato digestivo.

Pero para mantener el cuerpo hidratado también tenemos otras opciones, como zumos naturales, sopas, infusiones y frutas y verduras.

Consumir alimentos con fibra

Uno de los principales beneficios del consumo de fibra es la capacidad de prevenir o mitigar los síntomas de estreñimiento. Al absorber gran cantidad de agua, la fibra favorece la creación de heces más voluminosas y blandas, facilitando su evacuación. A la vez, su capacidad de absorción también mejora los casos de heces sueltas y acuosas, aumentando su peso y volumen.

Una dieta alta en fibra también reduce el riesgo de sufrir hemorroides, reduce los niveles de colesterol y minimiza el riesgo a sufrir diabetes dado que retarda la absorción de azúcar en sangre.

Los alimentos con alto contenido en fibra son más saciantes, por lo que su consumo habitual también nos ayuda a mantener un peso saludable.

Lavarse las manos  

Una buena higiene de manos antes de manipular alimentos, ya sea para preparar la comida o para ingerirlos, es una de las acciones más efectivas para prevenir y controlar infecciones o enfermedades causadas por gérmenes, virus y bacterias.

Para una limpieza correcta y efectiva, debemos prestar especial atención al dorso de las manos y a las yemas de los dedos, los grandes olvidados. El proceso de mojado, frotar y enjuague nos debe ocupar un mínimo de 30 segundos para que sea eficaz.

Ejercitar el cuerpo de manera regular

Si bien practicar actividad física de manera regular es uno de los hábitos saludables más importantes para gozar de un buen estado de salud general, también beneficia al sistema digestivo en particular. 

El deporte favorece la motilidad intestinal -regulando las deposiciones y evitando el estreñimiento-, aumenta el metabolismo -con la consecuente aceleración del proceso digestivo-, y reduce el estrés, con todos los síntomas digestivos asociados.