De media, los niños y niñas se ríen 300 veces al día, mientras que los adultos solo lo hacemos entre 15 y 40 veces.

Tal y como explica Laura García Jiménez, psicóloga sanitaria y divulgadora en Equilibristas en movimiento, “la risa reduce el estrés, a la vez que eleva y mejora nuestro estado de ánimo”. Aunque no se considere una terapia porque por sí misma no cura enfermedades, el poder de la risa y los beneficios que produce para la salud han sido contemplados a lo largo de los años. 

En la antigüedad, los taoístas ya afirmaban que la salud de una persona era proporcional a las veces que se reía a lo largo del día. En la Edad Media, se creó la figura de los payasos y los bufones, con la finalidad de provocar la risa, una manera de facilitar la digestión de los comensales. Incluso Sigmund Freud atribuyó a la risa la facultad de liberar el organismo de energía negativa.

En los años ochenta, el famoso Doctor Hunter Patch Adams comenzó a atender a sus pacientes vestido de payaso, utilizando la risa y el humor como terapia para mitigar el dolor de sus pacientes. El éxito de dicha estrategia fue tal que actualmente son muchos los hospitales que cuentan con Doctores Sonrisas.

Tipos de risa

La risa es una reacción psicofisiológica que pone en movimiento unos 300 músculos en todo el cuerpo, aproximadamente 50 de ellos están situados en el rostro. La risa, más allá de ser una descarga emocional, fisiológicamente, provoca cambios respiratorios y circulatorios: contracciones enérgicas en el diafragma, contracción abdominal, resonancia de la faringe, etc.

En función de su origen podemos clasificar la risa en los siguientes tipos:

Espontánea: aquella expresión genuina que forma parte de las distintas emociones que sentimos los seres humanos.

Ensayada: cuando la provocamos de manera voluntaria sin que exista un motivo aparente en nuestro entorno.

Estimulada: aparece como consecuencia de una acción física o como reflejo de estímulos externos como, por ejemplo, las cosquillas.

Inducida: efecto secundario del consumo de determinadas sustancias psicotrópicas o fármacos.

Patológica: provocada por algunas lesiones en el sistema nervioso central, o derivada de otras enfermedades varias.

¿Qué es la risoterapia?

Se trata de una técnica psicoterapéutica que busca, a través de la risa, generar beneficios físicos y emocionales. Para ello, se suelen emplear los dos tipos de risa, la espontánea y la ensayada.

Provocar la risa de manera voluntaria, contando con el impulso de un grupo terapéutico, hace que la risa ensayada se vuelva contagiosa, derivando en una risa espontánea de mayor intensidad y duración.

Los beneficios de la risoterapia se aprecian en cuerpo y mente.

Beneficios físicos

La risa puede generar cambios en nuestro sistema nervioso, cardiovascular, endocrino, inmunológico y musculoesquelético.

  • Interviniendo en la comunicación entre el sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino, disminuye los niveles de cortisol, la conocida hormona del estrés.
  • La risa estimula a nuestro cuerpo a liberar endorfinas, actuando como analgésico sobre nuestro sistema inmunológico y endocrino, por lo tanto, disminuyendo la percepción del dolor, mejorando nuestra calidad de vida.
  • Reírse de manera constante proporciona efectos positivos en nuestro aparato respiratorio, favoreciendo la oxigenación en nuestro cuerpo y, en personas asmáticas, mejorando su función pulmonar.
  • Se ha demostrado que las reacciones físicas que experimenta nuestro cuerpo al reír incrementan el número de anticuerpos del sistema inmunológico, reduciendo la aparición de enfermedades infecciosas y autoinmunes.
  • La risa también mejora nuestra salud cardiovascular y nuestro sistema circulatorio, ya que reduce las cefaleas y la hipertensión.

Beneficios psicológicos

  • Reír produce la liberación de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores que reducen los niveles de ansiedad y depresión, aportando una sensación de bienestar.
  • La reducción del nivel de cortisol que provoca la risa nos ayuda a combatir el insomnio y reducir nuestros niveles de estrés. 
  • La risa, conduciéndonos a estados emocionales más positivos, nos distrae de preocupaciones y pensamientos negativos, disminuyendo nuestros niveles de agresividad y reforzando nuestra autoestima.
  • Tras una sesión de risoterapia, nuestras capacidades intelectuales y competencias sociales también se ven potenciadas.