La fibromialgia es un síndrome de dolor crónico generalizado. Sus principales síntomas se localizan en el aparato locomotor, afectando a determinadas zonas corporales -cuello, hombros, región lumbar, codos, rodillas y caderas-, aunque también se manifiesta con problemas de memoria, fatiga crónica, falta de sueño y cambios en el estado de ánimo.

Se cree que aproximadamente el 5% de la población -mayoritariamente mujeres entre 30 y 50 años- sufre las consecuencias de esta enfermedad inflamatoria; pero al no existir una prueba específica, actualmente los diagnósticos se realizan por descarte.

Si bien se desconoce qué causa la fibromialgia, uno de sus posibles orígenes se encuentra en la permeabilidad intestinal: el intestino no cumple su función y deja pasar todo tipo de sustancias que activan el sistema inmunitario, produciendo una respuesta inflamatoria crónica a diferentes niveles -especialmente en músculos y articulaciones-.

Hoy en día, esta enfermedad no tiene un tratamiento curativo. Lo más recomendable es paliar los síntomas, combatiendo la inflamación y cuidando el intestino con alimentos nutritivos de fácil digestión, así como llevar un estilo de vida activo para prevenir la obesidad.

Una alimentación antiinflamatoria puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que sufren esta enfermedad. Existen algunos nutrientes que, por sus propiedades, son muy recomendables.

Calcio: La mayoría de las personas con fibromialgia tienden a perder calcio con más facilidad. Además, una de las características más compartidas por las personas que sufren esta enfermedad es la intolerancia a la lactosa.

Triptófano: Los cambios en el estado de ánimo es otro de los síntomas característicos de esta enfermedad. El triptófano es un precursor de la serotonina, esencial para reducir los efectos de la depresión, la ansiedad, el insomnio y el dolor.

Magnesio: Este mineral ayuda a reducir los síntomas de fatiga y los espasmos musculares.

Vitaminas A, E, C y D: Son potentes antioxidantes que aportan vitalidad, contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunitario, reducen la inflamación y ayudan a las mucosas.

Probióticos: presentes en alimentos fermentados y esenciales para mantener la salud de la microbiota intestinal, los probióticos son imprescindibles para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.

Alimentos para reducir los efectos de la fibromialgia

Como en cualquier enfermedad inflamatoria, para paliar los efectos producidos por la fibromialgia, debemos incorporar en nuestra dieta alimentos que nos ayuden a reducir la inflamación activa -antioxidantes, grasas saludables, ácido fólico, minerales-, así como evitar aquellos que la fomenten -grasas polisaturadas, azúcares, productos refinados o ultra procesados, alcohol-.

Cúrcuma

Esta especia cada vez más conocida tiene grandes efectos antioxidantes, antiinflamatorios y desintoxicantes del hígado. Asimismo, es rica en minerales como el calcio, el sodio y el hierro. Consumida junto con pimienta negra molida y algo de grasa aumenta su absorción.

Fermentados

Los alimentos fermentados como el chucrut, el kéfir o el kimchi son muy beneficiosos para la salud de la flora intestinal por su gran aporte en microorganismos. Además, ayudan a suavizar los procesos digestivos y mejoran la función hepática.

Verduras y hortalizas

Las frutas y verduras son alimentos altamente recomendables por ser ricos en múltiples vitaminas -A, B, C, E y K-, minerales -calcio, magnesio, manganeso, potasio, zinc, hierro…- ácido fólico y antioxidantes.

Entre las verduras, destacan las espinacas -reducen la inflamación, retrasan la osteoartritis, fortalecen los huesos y protegen el cerebro-, la rúcula -su sabor amargo ayuda a la función y limpieza del hígado; y la clorofila ayuda a limpiar y oxigenar la sangre- y el brócoli -rico en sulforafano, un componente que reduce la inflamación del intestino y el estómago, y disminuye el dolor de gastritis y articular-.

Entre las frutas, todas las cítricas son altamente antiinflamatorias por su contenido en vitaminas B y C, minerales y flavonoides, un componente reparador de los daños celulares provocados por procesos inflamatorios.

Las de coloración roja también son muy recomendables. El componente responsable de esa pigmentación rojiza -antocianina- tiene un gran efecto antiinflamatorio y antioxidante.

Cereales 

La fibra presente en los cereales ayuda a regular la función intestinal. Además, es un gran aporte de vitaminas del grupo B -con efectos antioxidantes- y selenio -mineral muy beneficioso- para el fortalecimiento del sistema inmunitario.

Alimentos ricos en ácidos grasos omega 3

El ácido graso omega 3 es un componente fundamental para reducir la inflamación, en especial de las articulaciones. Con el consumo de pescado azul -salmón, caballa, sardinas o atún- también cubriremos el aporte en proteína y vitamina D.

Por su parte, los frutos secos, además de ricos en omega 3, son fuente de calcio; uno de los minerales más beneficiosos para las personas con fibromialgia.