A la hora de preparar una receta, incorporar alimentos de una gran variedad de colores no solo hace que el plato sea más vistoso y apetecible, sino que lo convierte en equilibrado y muy nutritivo.

Detrás de la pigmentación de frutas y verduras se esconden distintos nutrientes y vitaminas, responsables de esa coloración. Al ingerir una gran gama cromática de alimentos, nos estamos nutriendo de una extensa variedad de antioxidantes, aportando a nuestro cuerpo una alimentación más completa. 

Hoy, en Sentirse Bien Se Nota, te revelamos qué nutrientes encontramos en cada uno de los colores.  ¡Toma nota!

Azul

Las antocianinas son las substancias responsables de la pigmentación azul violeta que está presente en la col lombarda, la berenjena, las moras, las ciruelas y las uvas negras, los arándanos, los higos, las patatas moradas, etc.

El consumo habitual de este antioxidante tiene un potente efecto antienvejecimiento y está relacionado con la disminución del riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares, del sistema urinario, cataratas y algún tipo de cáncer.

Además, los alimentos de color morado también son ricos en vitaminas B y C, potasio, calcio, magnesio y hierro.

Naranja

Es conocido que algunos alimentos de este color, como las naranjas y las mandarinas, son una importante fuente de vitamina C. Pero el nutriente más característico del color naranja es el betacaroteno, una sustancia que se transforma en vitamina A cuando nuestro cuerpo lo requiere.

La vitamina A fortalece nuestro sistema inmunológico para protegerse de distintas enfermedades, estimula la producción de glóbulos blancos en sangre y es la responsable de reparar tejidos y de fortalecer los huesos. Asimismo, los alimentos de color naranja     -como la zanahoria, la calabaza, la papaya, el mango o el boniato- cuidan la piel y la visión -en concreto, la retina-, y protegen nuestra salud cardiovascular.

Amarillo

Los alimentos de este color también son ricos en vitamina C -excelente precursor de la producción de colágeno en la piel y el fortalecimiento de huesos y dientes-, así como en ácido fólico, potasio, flúor, magnesio y calcio.

En concreto, los alimentos de coloración amarilla -limón, piña, melocotón, melón, pimiento, ciruela, plátano, tomate pomodoro, maíz, etc- son fuente de flavonoides y fitonutrientes, unos antioxidantes que fortalecen los beneficios de la vitamina C y refuerzan el sistema inmunológico.

Verde

La clorofila es la principal responsable de la pigmentación verde. Alimentos de este color como el brócoli, la lechuga, las espinacas, el berro, las alcachofas, los espárragos, las judías verdes y las coles de todo tipo son ricos en folatos, en vitaminas del grupo B, C, E, K, minerales y antioxidantes.

Estos alimentos tienen un alto poder depurativo. Su gran contenido en fibra los hace muy recomendables para el tránsito intestinal. Al ser ricos en ácido fólico, son alimentos muy beneficiosos durante el embarazo, en especial, las espinacas.

Rojo

Tomates, sandía, fresas, pimientos rojos, entre otros, son ricos en licopeno, un caroteno con una potente función antioxidante que inhibe las células cancerígenas. Además, son fuente de vitaminas A, B y C, y de minerales como el selenio y el potasio.

El consumo de estos alimentos mejora la memoria y el estado de ánimo, refuerza el sistema inmunológico y fortalece la salud cardiovascular.

Blanco

Si bien podemos pensar que los alimentos blancos -ajo, cebolla, puerro, jengibre, quinoa, nabo, almendras, yogur- carecen de pigmentación, son alimentos altamente beneficiosos para la circulación, mantienen la presión arterial baja, combaten infecciones y refuerzan el sistema inmunológico y digestivo.

Estos alimentos aportan funciones expectorantes y son antibióticos naturales.

¡A partir de ahora, recuerda llenar tu plato de colores!