Como ya os contamos hace unos meses, un grupo de profesionales de las Delegaciones de Madrid y Sevilla del Grupo Ebro, han participado de manera voluntaria en el  programa #CoachExit. El mayor número de voluntarios y por tanto de alumnos beneficiarios se registró en Sevilla dada la mayor amplitud de plantilla en este centro.

Con 82 ediciones celebradas, más de 2.700 participantes y 3.000 voluntarios corporativos, el Proyecto Coach, de la Fundación Exit tiene como finalidad mejorar la empleabilidad de jóvenes en riesgo de exclusión social a través del coaching y del mentoring. Para ello, la Fundación Exit forma a los voluntarios de las empresas que participan en el proyecto para que puedan hacer de “coach” de los jóvenes a los que van a acompañar durante el programa; estos, por su parte, tienen la oportunidad de conocer los diferentes roles que hay en una empresa desde dentro, descubrir su vocación y potenciar su motivación para continuar formándose.

Durante las sesiones de coaching en Sevilla, los jóvenes visitaron las oficinas de Herba, su museo, conocieron la variedad de arroces y marcas de la empresa, el laboratorio, la fábrica, etc.. Posteriormente cada participante tuvo la oportunidad de elegir el departamento que le interesaba para profundizar un poco más en el día a día de sus labores. También conocieron de primera mano el comportamiento de los consumidores en los lineales realizando una visita a un establecimiento comercial y como complemento, recibieron asesoramiento en la redacción de sus currículum y recomendaciones para realizar con éxito una entrevista laboral. Para terminar, cerraron el programa degustando una paella.

Rocío, una de las voluntarias del Departamento Financiero de Herba, resume en las siguientes líneas su experiencia:

«La propuesta de participar en el proyecto COACH, de la Fundación EXIT, nos llegó de la mano de nuestra propia Fundación, la Fundación EBRO, órgano impulsor de canalizar una parte importante de  las actividades de RSC de nuestro Grupo. Personalmente, me atrajo la idea de poder interactuar en un campo relacionado con algo tan importante para nuestra juventud como es la EDUCACIÓN, especialmente con aquellos jóvenes que, por circunstancias personales, son susceptibles de estar en riesgo de exclusión.

Durante la ejecución del proyecto he podido constatar el interés y entusiasmo con el que todos los voluntarios que hemos participado, hemos gestionado nuestro compromiso, estableciendo una interesante relación con cada uno de los jóvenes asignados.

Estoy segura de que esta experiencia dejará huella en cada uno de los participantes y confío en que el objetivo de motivar a estos jóvenes a perseverar en su formación y educación se haya alcanzado».