Coincidiendo con el Día Internacional de la Felicidad, el pasado 20 de marzo la ONU publicó su Informe anual de la Felicidad  con un ranking de los países más felices del mundo. Para realizar esta clasificación se han tenido en cuenta seis variables que, según los expertos, claramente afectan a la felicidad de los países: el producto interior bruto (PIB) real per cápita, la esperanza de vida sana, el apoyo social, la libertad que sentimos al tomar decisiones en la vida, la percepción de corrupción de nuestra sociedad y la generosidad.

Si hablamos del país más feliz del mundo, Dinamarca suele encabezar la mayoría de los estudios. En el promedio combinado de los Informes Mundiales de Felicidad desde 2013 a 2017, el país nórdico se sitúa en primera posición con una puntuación de 7,57 en una escala sobre 10.

En este último informe, Dinamarca ocupa el segundo lugar de una lista encabezada por Finlandia y por delante de Noruega e Islandia. ¿Podríamos afirmar que los países nórdicos tienen la clave de la felicidad?

Hace unos años llegó a nuestro país el término Hygge, una palabra danesa que literalmente se traduce como “lo acogedor” pero cuya filosofía se acerca más a “la felicidad de las pequeñas cosas”. Ahora el hygge ha dado paso a la palabra lykke, que significa “felicidad”.

 

¿Cómo podemos aplicar el lykke a nuestra vida?

 

Disfruta de las horas de la comida

Hacer de los momentos en la mesa un ritual social y no una mera actividad, es un factor determinante para aumentar nuestra felicidad. Disfrutar de platos apetitosos, preparados con ilusión y en buena compañía aumenta nuestro bienestar. Tal y como indica un estudio publicado por The American Journal of Nutrition, comer junto a otras personas podría reducir en un 5% nuestros niveles de obesidad.

 

Relaciónate con las personas que te rodean

El sentimiento de pertenencia a una comunidad, relacionarnos con otras personas y realizar actividades colectivas hace que nos sintamos más felices. Al desarrollar la empatía mejoraremos la confianza en nosotros mismos y nos desenvolveremos mejor en distintas situaciones.

Al mismo tiempo, también es importante aprender a pasar momentos con nosotros mismos, paseando, meditando o leyendo. Según un estudio publicado en Psychosomatic Medicine, la práctica del mindfulness permite reducir los niveles de estrés y mejorar nuestro sistema inmunológico.

 

Desconecta de los aparatos electrónicos

Aunque sea paradójico, estar constantemente conectados al mundo digital hace que nos desconectemos del presente y de nuestro entorno. Si queremos disfrutar realmente del momento, el entorno o la compañía, es esencial establecer periodos de descanso digital.

Aprender a utilizar la tecnología correctamente nos ayudará a beneficiarnos de ambos entornos.

 

Ayuda a los demás

Realizar buenas acciones beneficia a nuestro entorno, la sociedad y a nosotros mismos, ya que nos genera un sentimiento de satisfacción que permite aumentar nuestra autoestima. Además, la generosidad se puede cultivar.

 

Muévete

Un estilo de vida activo tiene muchos beneficios en nuestro cuerpo y estado de ánimo. La actividad física libera endorfinas, popularmente conocidas como las hormonas de la felicidad. Con 30 minutos diarios es suficiente para que notemos mejoras en nuestro espíritu.