En verano, los días largos, las temperaturas elevadas y las vacaciones modifican considerablemente nuestra rutina diaria y nuestros hábitos alimentarios, algo que puede afectar a nuestro estado de salud. 

Desde Sentirse Bien Se Nota te recomendamos varias pautas con el objetivo de  evitar cualquier contratiempo durante la época estival.

Consideraciones que debemos tener en cuenta durante los meses de verano  

Altas temperaturas

Entre los efectos del calentamiento global destacan los veranos con temperaturas cada vez más elevadas, afectando directamente a nuestra salud y, en especial, a la de los niños.

Para evitar sufrir un golpe de calor es fundamental no sobreexponerse al sol y reducir las actividades físicas intensas durante las horas centrales del día, es decir, entre las 12h y las 16h.

Asimismo, se recomienda mantener el hogar lo más fresco posible, bajando las persianas durante el día y potenciando la ventilación nocturna; desconectando aquellos electrodomésticos que no se utilicen para apagar esa fuente de calor y utilizando tejidos claros.

Si bien ducharse con agua fría reduce fácilmente nuestra temperatura corporal, los expertos apuntan que ese choque térmico, aunque produce un alivio inmediato, tiene un efecto rebote, provocando de nuevo calor a los pocos minutos. Para evitarlo, recomiendan ducharse con agua templada y refrescarse pies, manos y nuca de manera constante.

Hidratación

Un buen nivel de hidratación corporal es fundamental para mantener un buen estado de salud durante todo el año, sin embargo, en verano adquiere especial relevancia. Para ello, se recomienda tomar un mínimo de 2 litros de agua u otros líquidos al día, alimentarnos con frutas y verduras ricas en agua, y no abusar de bebidas alcohólicas, azucaradas o con cafeína, ya que provocan una deshidratación corporal. ¡No esperes a sentir sed para hidratarte!

Alimentación

Si bien es importante llevar una alimentación saludable durante todo el año, cada estación tiene sus particularidades.

En verano, nuestra dieta debe contener alimentos ricos en agua y sales minerales, como las frutas y las verduras, para mantener un buen estado de hidratación, pero también debemos incluir otros alimentos que nos aporten nutrientes, como los cereales o el pescado.

El SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) recomienda seguir las pautas de la dieta mediterránea, evitar los platos muy copiosos y consumir grandes cantidades, aunque la comida sea saludable. Así, evitaremos las digestiones pesadas.

En este artículo encontrarás algunos consejos para cuidar de tu alimentación en verano.

Protección solar

Según los expertos, no es necesario ir a la playa o a la piscina para sufrir los efectos nocivos de los rayos solares, por lo que utilizar diariamente protector solar en aquellas partes del cuerpo que se exponen diariamente al sol -cara, brazos y piernas- es imprescindible. 

El SPF (Factor de Protección Solar) recomendado varía según el tipo de piel, siendo el 15 el nivel mínimo recomendado y el 50 el de mayor protección. Los dermatólogos apuntan que la importancia radica en la repetición de las aplicaciones, en especial después de cada baño.

En cualquier caso, recuerda que no se recomienda una exposición solar directa durante las horas centrales del día.

Estilo de vida activo

Si bien el verano y las vacaciones acarrean un cambio en nuestras rutinas, la práctica deportiva se puede mantener, adaptándola a esta estación.

Para que nuestro cuerpo se mantenga activo y en buen estado físico, se recomienda adaptar dicha actividad al verano: mantener un buen nivel de hidratación, no practicar actividad física intensa en las horas centrales del día y evitar practicar al aire libre en horas calurosas. 

Salud ocular

Junto con la piel, los ojos son otra de las partes más afectadas por el sol durante los meses de verano. No utilizar gafas de sol con un filtro reglado, de buena calidad y que proteja de los rayos solares puede provocar lesiones irreparables en las córneas.

Prevención de infecciones

Si bien una de las mejores formas de combatir el calor es ir a la piscina, es en el agua donde se transmiten rápidamente los hongos y aparecen casos de infecciones oculares y auditivas. 

Las infecciones intestinales también son muy comunes en esta época del año por las posibles alteraciones de algunos alimentos debido a las altas temperaturas. Es importante prestar especial atención a las salsas, a las comidas con huevo, al agua que no sea potable -ni para lavar los alimentos- y lavarnos muy bien las manos. 

Sin duda, el verano es un momento perfecto para realizar nuevas actividades que nos permitan salir de la rutina establecida durante el año, sin embargo, también es importante dedicar unos días al descanso para que el cuerpo se pueda recuperar. 

¡Felices vacaciones!