La vuelta a la rutina, el cambio en los horarios y la modificación del ritmo de sueño puede alterar nuestro estado emocional. Tomando consciencia de ello, el otoño es un buen momento para eliminar los excesos del verano y preparar nuestro cuerpo para el invierno, adaptando nuestra alimentación a esta estación y recuperando nuestros hábitos saludables.

Cómo adaptar la alimentación al otoño

Planificación

La planificación es esencial para poder retomar nuestros hábitos saludables. Organizar de manera semanal nuestras comidas nos facilitará que éstas sean saludables y equilibradas. Asimismo, evitará que comamos de más, tengamos la necesidad de picar entre horas y desperdiciemos comida por comprar alimentos que no vamos a poder consumir.

Es recomendable realizar 5 comidas al día, mantener unos horarios mínimamente establecidos, y que entre la última ingesta y la hora de ir a dormir transcurran un mínimo de 2 horas para poder digerir correctamente los alimentos y disfrutar de un sueño reparador.

Alimentos de temporada 

Hace algunos meses os hablamos de la importancia de consumir alimentos de temporada para nuestra salud y para el medio ambiente. Adaptar nuestras comidas a los productos otoñales preparará nuestro cuerpo para los meses más fríos del año, y además es más sostenible.

En otoño es importante que el alimento principal de nuestros platos sean cereales como el arroz, la quinoa, la pasta o el mijo, para que nos aporten una buena base energética. Acompañados de verduras dulces y de raíz como la calabaza, el boniato, el nabo, la chirivía o la zanahoria, proporcionarán calor a nuestro cuerpo preparándolo para el invierno.  Además, la granada, las uvas, los higos o la manzana, frutas de esta época del año, están llenas de vitaminas que nos ayudarán a prevenir resfriados. Los champiñones y las setas tampoco pueden faltar en nuestros platos porque son alimentos inmunoestimulantes que refuerzan nuestro sistema inmunitario y nos protegen de las bajas temperaturas del invierno.

Platos calientes

La ensalada es un plato que debemos consumir durante todo el año y no solamente en verano, pero en otoño es aconsejable intentar disminuir la ingesta de estos alimentos crudos que nos ayudan a contrarrestar las altas temperaturas durante la época de calor, y sustituirlos por platos calientes y cocinados.

Las comidas al vapor, estofados, cocciones a presión o salteados largos nos calentarán más y potenciarán el dulzor característico del otoño.

Hidratación

Con la bajada de las temperaturas solemos consumir menos cantidad de agua y esto es perjudicial para la salud. Aunque nuestro cuerpo no nos lo recuerde, debemos beber entre un 1,5 y 2 litros de agua al día para mantener unos buenos niveles de hidratación. Las sopas y caldos calientes también contribuirán a esta labor.

Para que incorpores productos de temporada en tus comidas te animamos a preparar esta deliciosa receta de arroz meloso con calabaza y setas.