Cada vez existen más estudios científicos que demuestran la conexión entre la alimentación y el bienestar emocional, y cómo el consumo de los nutrientes adecuados puede influir positivamente en cómo nos sentimos. Y, aunque los alimentos de por sí no curan, sí que pueden ser parte de un enfoque integral positivo gracias a sus aportes nutricionales.

El cerebro es un órgano metabólicamente activo que necesita una variedad de nutrientes esenciales para funcionar correctamente; como ácidos grasos omega-3, vitaminas A, C y del grupo B, y minerales como el folato, el hierro, el magnesio o el zinc.

Pero esta relación no se limita solamente al funcionamiento cerebral. Los alimentos que consumimos también tienen un efecto directo en nuestras hormonas, responsables de regular el estado de ánimo y el estrés. 

 

Alimentos que mejoran el estado de ánimo

Por su contenido nutricional, existen ciertos alimentos que se han asociado directamente con la mejora del estado de ánimo.

Un estudio publicado en el British Journal of Health Psychology demostró que aquellos participantes que consumían más cantidad de frutas y verduras experimentaban un mayor bienestar psicológico y tenían uno niveles más bajos de estrés en contraposición a aquellos que consumían menos cantidades. Y es que las frutas y las verduras contienen una gran cantidad de vitaminas, antioxidantes y minerales esenciales para el funcionamiento adecuado del cerebro porque ayudan a combatir su estrés oxidativo.

El consumo de alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, los kiwis y las fresas, reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Otro de los nutrientes que más benefician nuestro estado emocional son los ácidos grasos omega 3. Presentes en alimentos como el salmón, la caballa, las sardinas o las nueces, estas grasas saludables tienen beneficios para la salud mental, ya que ayudan a mejorar la función cerebral y reducir la inflamación.

El triptófano -presente en pollo, pavo, huevos, lácteos, semillas y algunos frutos secos- es un aminoácido que el cuerpo utiliza para producir la serotonina, un neurotransmisor que está relacionado directamente con nuestro estado anímico y emocional.

El chocolate negro es otro de los alimentos asociados directamente con el bienestar emocional. Aquellos que tienen un alto contenido en cacao son ricos en flavonoides, un antioxidante que puede mejorar el flujo sanguíneo en el cerebro y promover la producción de endorfinas, conocidas como “hormonas de la felicidad”.

Entre las múltiples propiedades del té verde, encontramos su aporte en L-teanina, un aminoácido que tiene propiedades relajantes y aumenta los niveles de serotonina y dopamina en el cerebro.

Otros de los alimentos muy recomendables para el bienestar emocional son los fermentados -como el yogur, el chucrut, el kimchi y los encurtidos- por su aporte en probióticos. Los probióticos son unos microorganismos vivos que promueven una microbiota intestinal saludable, esencial para la producción de neurotransmisores, como la serotonina.

 

Sin embargo, también existen ciertos alimentos que pueden perjudicar nuestro estado de ánimo. Un consumo excesivo de azúcar puede provocar picos y caídas de los niveles de azúcar en sangre, generando cambios de humor, irritabilidad y fatiga. La cafeína, aunque en un primer momento aporta un aumento de energía, también puede causar ansiedad y dificultar el sueño. Asimismo, existe una correlación entre un alto consumo de grasas saturadas y la ansiedad.

Por otra parte, mantener un equilibrio entre las comidas es fundamental. No saltarse ninguna comida permitirá que los niveles de glucosa se mantengan estables, evitando la irritabilidad asociada con el hambre. 

La hidratación es otro de los pilares para mantener el cuerpo y la mente en buen estado, ya que su falta afecta negativamente al estado de ánimo y a la concentración.

En cualquier caso, debemos tener en cuenta que cada cuerpo es único y es importante escuchar las señales y ajustar la alimentación según las necesidades individuales.