El cambio de horarios, las temperaturas altas y el largo periodo vacacional son factores que pueden alejar a los niños de sus rutinas, entre ellas la alimentación. Aunque es normal que en vacaciones nos relajemos, hay ciertas pautas que deberíamos mantener.

En Sentirse Bien Se Nota vamos a darte algunos consejos para que los niños puedan mantener unos hábitos saludables durante el verano.

 

Hidratación:

La hidratación es un aspecto que debemos tener en cuenta durante todo el año, pero durante estos meses adquiere mayor importancia porque los niños aumentan su actividad con juegos al aire libre, piscina, playa… Beber agua a lo largo del día es esencial, aunque también existen otras opciones.

La fruta es un alimento fundamental en una dieta saludable y en verano puede aportarnos un plus de hidratación. Las que encontramos en época estival como la sandía y el melón son una alternativa más sana a los refrescos convencionales y también les quitarán la sed. Si a nuestros hijos no les gustan mucho siempre podemos hacerlos partícipes en la preparación de unas brochetas de macedonia o unos helados de fruta natural para presentárselas más apetitosas.

 

Comidas ligeras y nutritivas:

Con temperaturas elevadas y una mayor actividad, una excelente opción es elegir comidas que no sean pesadas para poderlas digerir fácilmente. Sería conveniente no abusar de los fritos ni de alimentos con exceso de grasas, y optar por platos más ligeros como cremas frías o ensaladas de pasta y de arroz, que son una fuente importante de hidratos de carbono y se pueden combinar con verduras, hortalizas, proteína (como pollo o atún), alimentos a la plancha y barbacoas.

 

Respetar las digestiones:

Tras la comida principal debemos respetar el tiempo de reposo adecuado para que los niños hagan la digestión correctamente. Dependerá del tipo y la cantidad de comida, pero por norma general el tiempo recomendado oscila entre 1:30 y 2h. Durante este momento pueden llevar a cabo actividades más pausadas o hacer la siesta.

 

Mantener los horarios:

En vacaciones el ritmo del día es más pausado, igualmente deberíamos intentar que los niños alteren lo menos posible sus horarios habituales y que no se salten ninguna comida. Puede que se despierten más tarde de lo habitual y lo hagan sin mucho apetito, pero el desayuno es un aporte de calorías esencial para poder llevar a cabo un día entero de actividades.

 

Tampoco debemos olvidar que estamos de vacaciones y es momento para relajarnos. Alguna excepción o capricho tampoco nos hará ningún mal. ¡Disfruta de estas vacaciones con la familia!